Narra Tobi
Mi padre todavía no llegaba a casa, tampoco se había comunicado con Sara y ella no le había llamado. «Lo mejor será que le demos tiempo para que se calme y piense un poco» fue lo que ella me dijo al entrar y encontrar la casa vacía. Nos ubicamos en la sala, Sam seguía todavía con nosotros, se sentó junto a Matt en el sofá doble.
—¿Crees que mi padre sea capaz de mandarme a otro lugar? —Inquirí con la voz cargada de preocupación—. No me quiero ir, me gusta vivir aquí, aquí crecí, aquí está todo lo que quiero.
—No lo sé, Tobi —contestó Sara, quien se encontraba de pie mirando por la ventana—. Yo hablaré con tu padre, no dejaré que te envíe a otra parte, si alguien se va seremos nosotros. No dejaré que tu padre te eche de tu propia casa por nuestra culpa.
Miré a Matt, el chico tenía la cabeza agachada y su rostro mostraba tristeza, no quería que Matt se sintiera culpable pues no era culpa suya el que yo me hubiese enamorado de él.
—No nos preocupemos más por eso, pase lo que pase encontraremos la forma de arreglarlo —dijo la mujer acercándose a mí y poniendo una de sus manos en mi hombro—. Quedarnos aquí, preocupándonos, tristes, asustados —suspiró—. No vamos a lograr nada más que amargarnos. Yo hablaré con tu padre y si no es capaz de aceptarte entonces Matt y yo nos iremos. Eso no significa que vayamos a desaparecer, podemos seguir en contacto si así lo quieres.
—No quiero que se vayan —dije con voz temblorosa.
—Yo ya no quiero quedarme —contestó Sara en susurros—. Pero tampoco tenemos a donde ir en el momento. Trataré de arreglar las cosas para que podamos quedarnos.
Nunca había visto a Sara hablar de esa forma, se veía bastante decepcionada y verla hablando de esa manera me hizo pensar en que ella ya no quería a mi padre, o tal vez sí lo quería, pero algunas veces las cosas malas hacen que olvidemos las buenas, o que éstas parezcan insignificantes al compararlas.
Estuvimos un par de minutos en un silencio incómodo, Sam sostenía una de las manos de Matt mientras le pasaba un brazo por la espalda y Sara había ido a preparar algo de comer, mi padre aún no aparecía, comencé a preocuparme.
—¡Matt! —Sara llamó a su hijo desde la cocina—. Ven un momento.
El castaño soltó la mano de Sam y se levantó. «Ya vuelvo» dijo dejándonos solos a Sam y a mí. Yo clavé mi mirada en el suelo, no era capaz de mirarle a la cara, menos después de las imágenes que habían pasado por mi cabeza, las cuales no sabía, con certeza, si eran reales o no.
—Tobi —dijo.
Levanté mi mirada y enseguida la volví al suelo, mi rostro se había puesto colorado de lo incómodo que me sentía. El simple hecho de pensar en que había estado enamorado de mi mejor amigo era demasiado extraño. Él hablaba, pero yo no podía entender lo que decía, veía sus labios moverse sin emitir palabra alguna, a mis oídos sólo llegaba un zumbido.
—Tobi —volvió a decir—. ¿Me estás escuchando? —El sonido se hizo más tenue hasta desaparecer. Negué con la cabeza—. Te decía que si quieres hablar de algo puedes hablar conmigo, somos amigos, ¿recuerdas? —Asentí con la cabeza manteniendo la cabeza agachada—. ¿No hay algo de lo que quieras hablar?
—No —me limité a decir.
El silencio volvió. Miré de reojo a Sam, tenía los dedos de sus manos entrelazados y me miraba fijamente.
—En realidad sí —agregué obligándome a levantar el rostro—. Hay algo que debo preguntarte, algo que tal vez te parezca loco, pero necesito saber si es cierto o no.
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Desde que te soñé (Gay) TERMINADA
RomanceEsta es la historia de Matt Howerdel, un chico que se ve obligado a mudarse de casa luego de enterarse de que su madre ha encontrado un nuevo amor y quiere rehacer su vida. La idea que al principio le parece absurda, termina por ilusionarlo ya que a...