Narra Luna
—¡Luna! —sentí una mano posarse en mi hombro—. ¿Cómo estás, querida? —No tuve tiempo de responder antes de que Sara me rodeara con sus brazos—. Pero mira cómo estás de guapa —mis mejillas se pintaron de un color rosa.
—Gracias —contesté con timidez—. Mi madre te manda esto —estiré mi mano con la bolsa.
—No tenían que molestarse —Sara la tomó—. Me hubiera gustado ver a tu mami, ¿y Santi? —miré hacia el auto para ver si allí veía a Matt, pero en el vehículo sólo había un hombre.
«—Así que él es Richard —pensé mirándolo con disimulo—. Me pregunto cómo será el tal Tobi, debe ser guapo, su padre es muy apuesto —dirigí mi mirada rápidamente hacia la madre de Matt»
—Santi está enfermo —detestaba mentir, pero detestaba aún más que Santi hubiera salido con sus amigos sabiendo que Matt estaba cumpliendo años—. Pero dijo que lo llamaría en la noche.
Sara abrió la puerta trasera del auto y me hizo señas de que entrara. Me senté en el medio y puse mi maleta sobre mis piernas. Sara se acomodó y me miró por el espejo retrovisor.
—Te presento a Richard —El hombre se giró un poco para verme—. Ella es Luna, la amiguita de Matt.
—Mucho gusto —dijimos al unísono. Richard extendió su mano hacia mí, yo la tomé y le di un suave apretón.
El viaje transcurrió entre charla y charla, hablamos de la escuela, recordamos historias que habíamos vivido juntos Matt y yo, algunas felices, otras un poco amargas. Richard habló sobre él y sobre su hijo Tobi. Recordé los primeros días lejos de Matt, pensé en su confesión y me pregunté qué pensaba Richard sobre eso, era probable que quisiera que Matt estuviera lejos de Tobi o algo así, por miedo a que se le "pegara" como si se tratase de un virus.
—Llegamos —El auto frenó—. Bienvenida —Sara y Richard salieron del auto—. Déjame ayudarte —El hombre arrancó mi maleta de mis manos. Yo cerré la puerta del auto con fuerza.
La nueva casa de Matt era enorme. Miré hacia la ventana y ahí estaba él, me saludó moviendo su mano de lado a lado mientras sonreía. Corrí hacia la entrada y apenas llegué a la puerta, ésta se abrió.
—Luna —Matt me abrazó con fuerza.
—N-no puedo respirar —dije con dificultad. Matt me soltó y se alejó un poco a tiempo que sobaba su nuca un poco sonrojado.
—L-lo siento —murmuró avergonzado—. Es sólo que te extrañé mucho —agregó con dulzura, dulzura que me obligó a lanzarme sobre él para abrazarlo.
Nuestro abrazo fue largo y cálido, no quería separarme de él nunca más y el hecho de pensar en que al día siguiente volvería a casa, sin él, me entristecía. Mis ojos se llenaron de lágrimas, Matt las limpió y luego posó sus labios sobre mi frente. Acto seguido, su madre nos pidió que entráramos. Matt tomó mi mano y me jaló, dijo que quería presentarme a sus amigos y a una persona especial que había conocido. En ese momento pensé en Santi, lo imaginé junto a Matt y sólo pude pensar en que se verían muy lindos juntos.
—Chicos —dijo Matt cuando entramos a la sala.
En aquella habitación había una chica pelinegra sentada en el sofá, junto a un rubio que parecía estar en las nubes y finalmente había un chico pelinegro que enseguida nos vio se levantó y se acercó a saludar.
—Les presento a Luna —todos levantaron sus miradas y las posaron en mí.
—Mucho gusto, Luna —El pelinegro me abrazó con total confianza—. Matt me ha hablado mucho de ti. Mi nombre es Sam —pude ver que Matt parecía un tomate y tenía su mirada fija en el piso.
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Desde que te soñé (Gay) TERMINADA
RomanceEsta es la historia de Matt Howerdel, un chico que se ve obligado a mudarse de casa luego de enterarse de que su madre ha encontrado un nuevo amor y quiere rehacer su vida. La idea que al principio le parece absurda, termina por ilusionarlo ya que a...