Capítulo 60 (alternativo)

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Antes de comenzar quiero agradecer a todos quienes apoyan esta historia y han dedicado parte de su tiempo a leerla. También quiero pedirles perdón por no publicar en mucho tiempo, espero poder hacerlo más seguido. Sé que muchos no recordarán nada, otros se preguntarán ¿esto es un final alternativo? ¿Por qué es tan largo? ¿Por qué nuevos personajes? Y solo puedo decir dos cosas. La primera es que para poder llegar al final que tengo planeado hay que alargar algunas cosas porque no puedo cambiar todo de un capítulo a otro y que las cosas se arreglen por arte de magia. Y la segunda es que el final les gustará jaja estoy segura :3 Gracias nuevamente y espero les guste el capítulo.  

Narra Matt

Luego de leer el poema de Tobi me recosté otro rato junto a él. Pasados unos minutos me levanté y le escribí a Alex que no me sentía bien para ir a su casa a pintar. Todavía sentía un ligero dolor en mi cabeza y no dejaba de pensar que en cualquier momento vomitaría. También le escribí a Luna, ella dijo que pasaría un rato a verme antes de ir a casa de Alex.

Eran aproximadamente las siete de la mañana. Antes de ir a preparar mi desayuno y alistarme, me senté frente al ordenador a escribir, o tratar de escribir, mi poema. Ya tenía la canción que utilizaría, ya había sacado las palabras que me servían y luego de ello lo demás solo fluyó. En menos de nada ya había terminado mi escrito.

Pasado un poco más de una hora, caminé hacia la cocina, tenía mucha hambre. Al bajar las escaleras encontré a mi madre preparando algo.

—Ya te iba a llevar este caldito para el guayabo —dijo en tanto sostenía una taza en sus manos—. Espero no volverte a ver en ese estado, Matt.

—Lo siento, madre —me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla—. No volverá a ocurrir, lo prometo.

Tomé el plato de caldo y me senté junto al mesón. Di el primer sorbo y me quemé.

—¡Está muy caliente!

—¿Quieres que te paladee jugando al avioncito? —mi madre dijo a la vez que se reía—. El tiempo vuela, de verdad, pasa tan rápido que parece que no fue hace mucho cuando todavía te pasabas a mi cama llorando porque pensabas que había un monstruo bajo tu cama.

—Todo es culpa de las historias que me contabas, yo era solo un niño inocente.

—Y ahora hasta sufriste tu primer corazón roto —mi madre se veía triste—. No quiero que sufras por nadie, Matt. Alguien llegará cuando menos lo pienses y te hará pensar que estabas perdiendo el tiempo llorando por una persona que no te supo valorar. Luego te arrepentirás por no haber aprovechado mejor el tiempo, créeme.

—Estaré bien, mamá. No te preocupes.

—Y sobre lo de visitar a Sam, creo que es mejor que no lo hagas. Solo te lastimarás más. ¿Qué es lo que quieres decirle o qué esperas que te diga? No me digas que crees que te pedirá perdón.

Negué con la cabeza.

—No lo sé, solo quisiera verlo para decirle adiós. Pero es verdad, tienes razón. Lo único que lograré es hacerme daño.

En ese momento Tobi bajó.

—Ya estoy listo para el trabajo de hoy —tenía puesto un overol que le quedaba pequeño y una cachucha—. ¿Cuál quieres usar, Matt? ¿La brocha o el rodillo? —me miró extrañado—. Pensé que ya estabas listo, hasta me bañé rápido para que no me dejaras tirado.

—Matt no irá —dijo mi madre—. Es mejor que se quede en casa descansado. Tobi hay caldo por si quieres servir un poco.

—¿Entonces no iremos? —inquirió Tobi.

Desde que te soñé (Gay) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora