Capítulo 10

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Narra Matt

Me encontraba leyendo un cuento que había escrito Luna para un concurso a nivel nacional, tenía por nombre "La laguna del pecado" y debo admitir que, para ser su primer cuento, ella había hecho un gran trabajo.

"Decían que se le aparecía a quienes habían cometido un pecado y trataban de ocultarlo, por más mínimo que fuese, desde la más inofensiva mentira hasta el más cruel acto de maldad; si la veías en tus sueños debías confesarte y pedir perdón a quienes habías dañado con tu egoísmo y falsedad."

—La mujer de larga cabellera blanca —susurré mientras repetía aquellas líneas—. Creo que si la leyenda fuera cierta, ella ya habría venido por Tobi.

—¿Quién? —levanté mi rostro y frente a mí se encontraba el rubio—. ¿Quién habría venido por mí? ¿Sigues hablando solo? —preguntó mientras caminaba hacia su escritorio—. ¿Ves por qué no podemos llevarnos bien? Hasta solo hablas mal de mí, espero no tenga nada que ver con lo de mi madre —se sentó—. Repite lo que estabas diciendo —añadió en un tono amenazante.

—N-no estaba diciendo nada sobre tu madre, ni sobre ti —contesté con la voz cargada de preocupación, estaba cansado, ya no quería más problemas con Tobi—. Sólo leía un cuento y un fragmento me hizo pensar en ti.

El rubio se giró hacia a mí y arqueó las cejas.

—Ok... No necesitaba saber eso —dijo en una mueca, ¿no necesitaba saberlo? Entonces ¿por qué me molestaba con sus tontas preguntas?—. Y por cierto, no vuelvas a decir algo así, alguien podría escucharlo y pensar mal —agregó volviendo su vista al escritorio y a su computador—, suena muy, no sé, rarito.

—¿Rarito? —inquirí dejando el cuento a un lado—. ¿A qué te refieres?

—¿Cómo que a qué me refiero? —suspiró—. Es obvio, suena muy gay. Es decir, ¿cómo puedes decirle a alguien que mientras leías te acordaste de él? Demasiado homosexual para mi gusto, mejor sigue con tu lectura y deja de pensar en mí.

—¿Eh? —No podía creer lo que estaba escuchando, realmente Tobi era un chico molesto, su arrogancia y prepotencia llegaban al punto de ser insoportables. ¿Cómo podía hacerle entender que el mundo no giraba a su alrededor?—. Ni siquiera sabes qué estoy leyendo, no es como que diga cosas bonitas, no es como que sea algo de amor, no seas ridículo.

—¿Qué era? —me miró nuevamente—. Si no era algo gay de lo cual sentirse avergonzado dime ¿qué era?

"¿Sentirse avergonzado?" ¿Por qué tendría que haberme sentido avergonzado si hubiese sido algo bonito? Me molestaba... Era cada vez más obvio que Tobi era de ese tipo de personas, aquellas que juzgan y discriminan, una persona que nunca me aceptaría y que si supiera acerca de mi gran secreto, probablemente, además de hacerme a un lado, me haría daño, no sólo física, sino psicológica y emocionalmente. "Si ya me odia ¿cómo sería si supiera que soy gay?" Me pregunté mientras mis ojos reflejaban una gran tristeza.

—Olvídalo —murmuré retomando el escrito—. No es importante y no tengo por qué andar excusándome o dándote explicaciones —continué leyendo el cuento y de pronto Tobi lo arrancó de mis manos.

—Ya que no quieres decirme —dijo con una risita dibujada en su rostro—. Veamos...

—Dámelo —me levanté y traté de quitárselo pero él era un poco más alto que yo y tenía su brazo muy arriba, era inalcanzable para mí—. Dámelo, tú no puedes leerlo.

—¿No puedo? —dirigió su mirada hacia la hoja y comenzó a leer en voz alta—. Mi madre solía decir que la laguna tenía mal olor porque el fondo estaba lleno de cadáveres en descomposición, decía que la laguna te tragaba si la veías a ella en tus sueños, a ella... la mujer de larga cabellera blanca... —Enseguida bajó el brazo y me miró—. No es por el mal olor ¿o sí? —preguntó avergonzado a tiempo que se olía.

Desde que te soñé (Gay) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora