Capítulo 46

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Narra Matt

—¿Por qué no salimos a algún lado? —Dijo Luna tumbándose en el sofá—. Estar encerrados me parece muy deprimente —agregó en un suspiro.

—Es cierto —contestó el chico que se encontraba a su lado.

—Si ustedes dos no quieren salir, Cami y yo saldremos solos entonces —Luna se cruzó de brazos.

Miré a Santiago quien tenía el celular entre sus manos, casi pegado a su rostro, y sonreía con emoción, ¿con quién hablaba? Me pregunté, en el pasado no lo había visto tan concentrado en un chat, parecía no escuchar ni ver nada de lo que pasaba a su alrededor. Volví mi mirada hacia la pareja que se encontraba en el sofá más grande, Luna y Camilo. No podía creer que Luna volviese con él, después de todas las veces que había dicho odiarlo y no querer verlo otra vez. Pensé en Tobi e Irene y me pregunté si existía la posibilidad de que ellos pudiesen volver, tal vez en un futuro Tobi se diese cuenta de que en realidad siempre la había querido y que sólo había estado confundido, pero entonces ¿estaría todavía Irene para él?

—¡Matt! —Un grito de Luna me sacó de mis pensamientos—. ¿Qué pasa con ustedes dos? ¡Santi!

Santiago dejó escapar un profundo suspiro y luego dejó el celular en la pequeña mesa que se encontraba en la mitad de la sala, mientras sonreía y sus ojos brillaban.

—¿Tú con quién hablabas? —Inquirió Luna, extrañándose igual que yo del comportamiento de su hermano.

—Con mi novia —dijo Santiago con una sonrisa picarona.

—¿Novia? —Luna frunció el ceño, yo no pude ocultar mi expresión de asombro. ¿En qué momento había conocido a alguien? ¿Era alguien que ya conocía? ¿Por qué no nos había dicho? ¿Cuál era su nombre? Muchas preguntas rondaron mi cabeza y supuse que en la de Luna también—. ¿Lo de la novia era cierto?

—Pues claro —contestó Santiago—. Mañana saldremos —mordisqueó su labio inferior—. Debo ver qué me pondré así que los dejo, ustedes mirarán qué hacen.

El pelirrojo se levantó del sofá.

—Pero es mañana, Santiago —dijo Camilo—. No seas tan exagerado, no demuestres tanto o después la chica se aburrirá de ti o se aprovechará.

—No es así —contestó el pelirrojo caminando hacia su cuarto.

—¡Santi! —Gritó Luna—. No seas grosero, Matt vino a visitarnos y te vas a ir a encerrar en tu cuarto en lugar de aprovechar que está aquí —Santiago se detuvo, giró su cuerpo y comenzó a caminar de vuelta hacia nosotros—. Más bien ponte un saco y salimos a dar una vuelta y a comer algo. En la crepería es noche de karaoke.

Esperaba que Santiago se quedará con nosotros, no podía ni imaginar lo incómodo que resultaría ser el convertirme en el violinista de Luna y Camilo, además aquel chico nunca me había agradado. No podía entender por qué a Luna le gustaba, tampoco entendía la razón por la cual era tan cercano a Santiago, aunque Santiago era una persona muy agradable y por ello tenía muchos amigos, o creía tenerlos. Sin embargo, aquel chico nunca me había producido una pizca de confianza. Camilo era una de esas personas que saben usar las palabras, tenía el poder de la labia o de la parla, como le dicen por ahí y las personas así son las más peligrosas.

—Está bien —dijo Santi en una mueca—. Entonces vamos de una vez porque tengo cosas que hacer.

En menos de veinte minutos estábamos ya todos listos para salir. Luna tomó las llaves que se encontraban colgadas en la cocina y las echó en su bolsillo. Santiago apagó la luz de la sala y todos nos dirigimos a la puerta principal. Los hermanos habían dejado una nota pegada en la nevera que decía que iríamos a comer y que volveríamos antes de las 10.

Desde que te soñé (Gay) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora