71) Los hombres más importantes.

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Una linda canción se escuchó de fondo e hicimos una breve pausa. Carlos y yo bajamos del escenario ya que nuestro turno terminó y las próximas presentaciones correspondían a Daniel y Silvia, y finalmente me apresuré hasta la mesa de los Statham para hablar con la princesita R.

—Cuñadita —molestó Roy, haciendo reír a sus padres y sonrojando a su hermano y a mí.

—Cuñadito —respondí en broma y Harley escondió más la cara. Bueno. A lo que vine. —Barbie, ¿podemos hablar un momento?

La castaña casi se atora con lo que estaba bebiendo y miró en mi dirección con expresión de sorpresa. Sin mencionar palabra alguna, se puso de pie y comenzó a caminar con dirección a la salida, más allá de Mara y el arco de flores. Aquí podríamos hablar mejor sin tener que levantar tanto la voz.

—Suéltalo. Comienza. Habla. Dime ya qué es lo que te molesta, porque detesto que estemos en esta situación y que yo no tenga ni la menor idea. Así no puedo resolverlo...

—No tienes que resolver nada, Brika. Deja de querer arreglarlo todo. No siempre vas a tener la razón y no siempre vas a poder ayudar a los demás.

—Eso significa que algo te ocurre —concluí—. Ya dime qué locas ideas tienes en tu cabeza y qué te hace tratarme tan indiferente. Eres la hermana de mi novio y también eres mi amiga. ¿Qué rayos te pasa conmigo, Bárbara? ¿Por qué no hablas...

—¡Ya cállate! ¡Ya! ¡Basta Brika! —explotó. Llevó sus manos a su cabeza y tomó aire calmándose. —No me hiciste nada, de acuerdo. Nada. Pero no quiero que lastimes a Harley. Ya vi a Roy quedar devastado hace años gracias a su novia del colegio y no quiero ver a Hezz en la misma situación. Le gustas de verdad a Geovanny Dunn, Brika, no sé si lo has notado.

Espera, espera....

—Es sólo un mal chiste para él... por supuesto que no le gusto en serio.

—Harley y yo escuchamos a los hermanitos Dunn discutir un día que llegamos tarde a clases. Nataly estaba furiosa porque él admitía que le gustabas de verdad y yo también enloquecí. Quizá si él te trata diferente y empieza a ser tu amigo, talvez las cosas se salgan de control y tu...

Hasta el momento, sólo dejé que hable y se desahogue, no obstante, cuando intentó terminar su última frase diciendo cosas sin sentido, tuve que cortarla.

—¿Tú crees que podría siquiera mirar a Dunn con otros ojos? ¿Crees que, de pronto, todo lo que he pasado junto a Harley solo se esfumará porque viene alguien de la noche a la mañana a ser lindo conmigo porque resulta que le gusto? No, Barbie, no.

Mis manos comenzaron a ventilarme y me obligué a tomar aire. Esta chica está loca, definitivamente.

—Te lo voy a decir a ti, tal y como se lo dije a tu hermano. El único que me ha interesado desde que lo besé aquella noche de julio en el Oppallussa, es Harley. Y, por cierto, no olvido que quisiste caerme encima aquella noche.

Mi comentario le sacó una sonrisa, al fin.

—Harley no es sólo aquel chico que me gusta por ser guapo. Él es... todo. Mi apoyo, mi amigo, mi novio. Y yo quiero ser exactamente lo mismo para él. Quiero que estés completamente segura de que mis intenciones no van a ser en ningún momento lastimarlo, ¿sí? Yo quiero a Harley con cada parte de mí y no voy a renunciar a lo que tenemos juntos.

Asintió, intentando ocultar una sonrisa.

—Lamento haberme comportado así. Pero te sacaría los ojos si algún día lo lastimas.

—No lo haré. Ahora confiesa, ¿qué le dijiste a Harley?

Ella rodó sus ojos y me obligó a gruñir para no reprenderla por ello.

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