22) 4B: Brooks, Brika, Bruthany y el Bobo.

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Nos metimos en la primera habitación desocupada que encontramos y pusimos seguro a la puerta. Dejé mi botella en una mesa y volví a besarlo mientras él me presionaba contra la pared.

—Lamento no haberte creído. Mi hermana me contó que ella inventó lo del engaño.

—Par de idiotas —respondí contra sus labios.

Sus manos sobaron mis muslos y yo llevé mis manos a su oscuro cabello corto cuando me levantó del suelo. Por inercia enrollé mis piernas a su alrededor y una voz en mi cabeza maldecía por no haber usado vestido en la fiesta de hoy.

—Vuelve conmigo amor —murmuró con voz ronca besando mi cuello. Asentí. —Por favor... vuelve conmigo. Lo digo en serio —Asentí otra vez.

Realmente no estaba pensando con claridad. No cuando el corazón me late un poco más rápido mientras me besa. No me malinterpreten, yo me comenzaba a sentir cómoda siendo su novia y el cariño especial hacia él estaba apareciendo conforme los días seguían pasando.

—Al salir del colegio. Tú y yo. Juntos en la universidad.

No sé cómo me las arreglé para no soltar un gemido mientras me besaba el cuello. Volví a asentir totalmente confundida. Creo que apenas he entendido lo que dice y cuando sin querer el movió su cabeza hacia la izquierda, me acordé de aquel puto y la sensación de aquel R besándome me invadió. Negué con la cabeza y me alejé para ver los ojos grises de Alejandro.

<¿Qué rayos te pasa Brika?>.

Tal vez aún me siento cómoda con Brooks, pero estoy demasiado atraída por Statham. <No. Es un simple gusto que no le hace daño a nadie> me repetí. O más bien intentaba convencerme de eso.

Volví a besar a mi ex y traté de concentrarme en él. Sintiendo algo duro presionar entre mis muslos, entre mi parte sensible más bien. Tal vez el alcohol que me tomé ya esté haciendo efecto. Sus manos comenzaban a subir de mi abdomen a mis pechos y el recuerdo de una fiesta en Wyoming nubló mis pensamientos recientes.

Aquella noche Alejandro y yo estuvimos en la misma posición que ahora. Yo, en brasier contra la pared y él sin camisa y besándome suavemente. Ese día finalmente tuve intimidad con él. Estaba consciente pues un momento así no debía pasármelo ebria, pero tampoco lo consideraba la octava maravilla del mundo. Perder la virginidad es simplemente la primera vez, no es la gran cosa. Cuando ya seas experto será lo máximo, me he dicho siempre. Así que se dio... con él.

Unas semanas después, todo lindo con nosotros. Hasta que me acusó de serle infiel cuando no lo era. Y todo terminó ahí.

Me separé de inmediato antes de que llegue a mis pechos.

—Tú no me creíste —musité "tranquila" poniendo mis pies en el suelo. Lo empujé lejos dejándolo desconcertado. Se paró frente a mí y noté su abultada erección dentro de sus pantalones. Acomodé mi ropa y agarré mi bolso y mi botella de Zhumir, sin prestarle ya verdadera atención. Un poco incómodo se sentó en la cama y se colocó su camisa.

—Escucha Alejandro. Dijiste que lamentas no haberme creído. Bien, te disculpo por no confiar en mí, pero eso no significa que vamos a volver. Yo iba a mudarme aquí de todos modos y las cosas no iban a funcionar. Al menos no a distancia y no cuando cada quien iba a tomar caminos diferentes. No voy a volver contigo.

—Te dejaste besar por mí, creí que al menos lo estabas considerando.

—Sí, lo sé y ahora soy yo la que lo lamenta —Pasé una mano por mi cabello en un intento de acomodarlo y expulsé aire. —Disfruta de San Diego con los chicos y por favor, de verdad te pido que no me vuelvas a llamar. Al menos no para esto. Fue lindo y todo, pero quiero pasar esa página ya que de libro realmente no tengo ganas de hacerlo.

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