21) Mejor Amigo.

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No podía apartar mis ojos de él. Se veía sorprendido, pero no porque lo descubriera, más bien me observaba por completo. Antes de que la chica arquitecta se diera vuelta, él la apretó hacia su cuerpo.

Desgraciado. Puto. Puto. Puto.

Observó claramente la fuerte inhalación que hice y luego tuve que tragar. Algo se me estaba revolviendo por dentro.

—Unos amigos tuyos vinieron de Wyoming —Volví a escuchar a Oscar.

Cuando escuché "Wyoming" rápidamente me volteé hacia él, rompiendo el contacto visual con el R. Pensé en Evan, en Alejandro y en mi mejor amigo allá.

—¿Está un morocho de cabello súper lacio y un poco largo con dirección a todas partes? —pregunté mientras terminaba de bajar las escaleras y me unía a él al final. Dudó un segundo y luego asintió.

—¡Brandon!

Lo tomé del brazo demasiado emocionada para pensar en Statham y la pelinegra y entendió de prisa. Me agarró de la mano y llevó hasta el jardín donde un grupo de chicos bailaba en la pista. Mis ojos buscaron a Brandon en especial. El morocho de cabello desordenado miró en mi dirección y corrió a abrazarme, dejando a una chica bailando sola.

<¡Es mío perra!>

Me lancé a sus brazos y ambos comenzamos a decir: —Perdóname. Perdóname. Perdóname. Perdóname.

Sus brazos me sostenían fuerte mientras me daba una vuelta.

—Dios. Te extrañé —murmuró él dejándome sobre mis pies de nuevo. Sus oscuros ojos me miraban fijamente.

—Perdóname —Volvimos a decir al unísono y reímos antes de volvernos a abrazar.

—No lo volveremos a hacer ¿Sí? —supliqué y él besó mi frente dulcemente.

—Te lo prometo.

Cuando Brandon se enteró que me mudaría a mi ciudad favorita, le dio un ataque. No me habló en tres días y cuando finalmente lo hizo, discutimos y nos gritamos cosas bobas y sin sentido, además de decirnos que no nos llamaríamos ni visitaríamos y que ahí terminaba nuestra amistad. Y yo estaba cumpliendo con mi cometido. Ni siquiera había pensado en él, hasta este momento. Y ahora me doy cuenta de que realmente me hacía falta.

Volvió a abrazarme y debido al ruido, habló en mi oreja.

—Vino Brooks.

Me alejé para verle a los ojos y gruñí golpeándolo en el brazo.

—¡Cachorro! ¿Por qué dejaste que venga?

—No me llames así Lola.

—La culpa la tiene tu madre por ponerte nombre de perro.

—¡Brika! —Escuché algunas voces chillar a mí alrededor. Me giré para ver a varios amigos de Wyoming, quienes me estrecharon entre sus brazos.

Estaba mi compañero de trabajos en Química: Dan. Con nuevo corte de cabello y unas mechas blancas decorando un poco su cabeza. La rubia-pelirroja: Lydia. Luciendo una falda de tres colores, pegada al cuerpo, con una blusa y tacones altos a juego. Tres chicos del equipo de football: Rosco, Patrick y Erick que me abrazaron al mismo tiempo. Alana, la chica estudiosa que realmente me sorprende que esté aquí, pero que igual me alegro de ver. Con un short Jean, una blusa color ladrillo y zapatos prácticamente bajos.

Y en el siguiente minuto aparecieron Carlos, Ginger, con un vestido negro pegado al cuerpo, Aurora, con su singular estilo sexi de falda y blusa, Owen, Paty, con un jean claro, y mi querido ex. El cual estaba dispuesta a ignorar de manera obvia y cruel frente a todos, pero Brandon me jaló hacia él para que no lo haga.

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