57) No tienes cupo para éste cuerpazo.

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(Brika)

Harley negó con la cabeza de inmediato y me tomó de la mano automáticamente.

"¿Qué hago?" preguntó Bárbara haciendo señas y apenas moviendo los labios. Señalaba a la puerta y movía los brazos y hombros a la vez, sin saber qué hacer a continuación. Recordé a Bruthany aquella noche con su navaja y sé que quiere hacerme daño.

—Sabe que estoy aquí —susurré alarmándome un poco, cuando el timbre sonó de nuevo y Annes se asomó por las escaleras.

—¿Por qué no abren la... —Ella vio a su hija y a la seña que le hizo de "Silencio" y que se retire, y lo hizo. Dudosa, pero sin preguntar nada.

—Ven.

Harley tiró de mi mano y me llevó hasta el baño social. Dejamos la puerta abierta un centímetro para escuchar y Barbie se enfrentó a Puthany.

—Hoolaa, Bethany —dijo dudosa como si recién se enterara que era ella quien tocaba el timbre—. ¿Qué haces aquí?

—¿Dónde está tu hermano? —Esa –literalmente– linda voz, llenó mis oídos. ¡Agh! Puta. Puta. Puta.

—No ha llegado aún.

—Su auto y el de aquella resbalosa quita novios están aquí —sentenció—. No me mien...

—Ellos vinieron hace un rato con Jensui y luego se fueron todos en la Ford. ¿Quieres dejarle algún mensaje? Tengo muchas tareas y me estás retrasando.

—Lo esperaré aden... Déjame pasar. —Al parecer la princesita obstaculizó su entrada. Bien Barbie. Bien.

—Escucha Bethany, tengo que continuar mis tareas y no es buena idea que estés esperando a mi hermano en NUESTRA casa, ahora que ustedes han terminado. Así que disculpa, pero nos vemos luego.

La puerta se cerró después de eso y nosotros salimos de nuestro escondite. No me imaginé nunca que Bárbara Statham tuviese un genio fuerte y directo.

—Hay que llamar a Jensui y que venga en la Ford. Nos encontraremos con él dos cuadras antes de la casa y llegaremos juntos —habló el ojiverde en voz baja—. Brika y yo saldremos por la puerta de atrás y daremos la vuelta a la cuadra.

—Menos mal la casa es esquinera —suspiró Bárbara.

Quince minutos después, salimos por la puerta trasera de los Statham, cruzamos por un costado de la piscina, un pequeño jardín y llegamos hasta una puerta. Al menos no tuvimos que cruzar alguna cerca, así como en mi casa.

—Salgan ya. Ella sigue frente a la casa —habló Barbie a través del teléfono de Harley.

—Estamos saliendo justo ahora —respondió él antes de colgar.

Sujetados de la mano corrimos para llegar de prisa junto al R pelinegro, el cual nos esperaba junto a Tuckerstill en su pick-up negra. Nos subimos a la velocidad del rayo en el asiento de atrás y éste arrancó con dirección a la casa de Harley.

—Sí que lo hiciste sufrir, ¿eh, McVey? —molestó Tuckerstill—. Al menos ahora dejará de quemarse el cerebro pensando en qué hacer. Y no enviará a ningún R a buscar información.

Aquello último lo dijo entre dientes, lo que me recordó a Chloe contándome que Lewis trató de sacarle el "porqué" había faltado a clases la semana pasada.

—No fue a propósito —me excusé—. Y, por cierto, ¿Qué onda con Chloe?

Harley y Jenkins comenzaron a reírse del pobre Lewis, el cual se coloreó de inmediato. Jensui paró la pick-up y se giró hacia nosotros para escuchar atento la conversación. Y también, para reírse a gusto de su hermano.

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