28) Novio Nuevo.

1.6K 100 19
                                    

Cinco segundos de la suma suave de nuestros labios, de intercambio de saliva y multiplicación de microbios. Cinco segundos de nuestras cabezas giradas hacia la izquierda, mis manos en su nuca y las suyas en mi cintura. A penas me incliné hacia él y comencé a besarlo tiernamente, las palabras que Brandon siempre me dice y yo siempre me repito, vinieron a mi mente y me obligué a separarme. Pero hacer eso me llevó cinco segundos, si no es más, ya que olvidé realmente el orden de los números al contar. Y no me alejé de verdad, mantuve mi frente junto a la suya y todavía sentada a horcajadas sobre él. Tenía mis ojos cerrados y rogaba porque el R los tuviera de la misma manera y no viera es esfuerzo que me toma no besarlo otra vez.

—Yo no beso a un chico por más de una vez, a menos que esté saliendo con él —conté el motivo por el que me separé.

—Yo tampoco —susurró por lo bajo y no le creí. Abrí mis ojos a tiempo para darme cuenta que también los había tenido cerrados. <Gracias Dios>. Me senté a su lado en la cama, sin tocarlo realmente y mirando a la oscuridad.

—¿Por qué dos? —pregunté al cabo de unos minutos y giré mi rostro para verlo, aunque apenas lo hacía. —¿Por qué... Dos... O más...? No lo sé. Sólo... ¿Por qué...? ¿Por qué quieres estar con más de una y por qué ellas? —solté exasperada.

—No es... No es gran cosa.

—Sí lo es.

—No lo es. Es solo sexo—respondió un poco más firme y observándome ahora de manera profunda. Me vi obligada a mirar al frente de nuevo. —Solo eso. Si Nataly no está disponible, voy con Bethany. O al revés. Es eso, nada más. No es como si estuviera enamorado o que me gustara demasiado alguien para cambiar eso y...

—Entiendo —corté de prisa. Realmente no quiero que siga hablando o me terminaré imaginándolo con alguna de las dos. Y esto es algo de lo que no deberíamos estar hablando.

El silencio duró unos minutos nada más.

—¿Por qué no les has dicho a Nataly sobre Bethany?

—Porque no es de mi incumbencia lo que ocurra con La Nata y Puthany. Si las estás engañando es problema de los tres.

—Bethany lo sabe.

—¿Por qué me estás contando esto? —Volví a mirarlo y, espero que sus ojos ya se hayan acostumbrado a la oscuridad y pueda ver mi ceño fruncido.

—Es probable que quieras contarme algo también. Yo hablo, tú hablas. —Se encogió de hombros. —¿Qué se yo? Contarme sobre el tal Alejandro o qué pasa con aquel rubio de CROS.

—Te faltan —bromeé.

—Cierto —ladeó su cabeza—. El encargado del karaoke en La Vasija. James. Y por no mencionar a los que te observan de lejos y, sin olvidar que Geovanny también es uno de esos.

—Oh, por favor. James no está interesado. Quizá le parezco algo linda, pero eso no es como para ponerlo en la lista. —Me senté como india, apenas rosando su pierna. —Y Geovanny Dunn, ese sí fue un buen chiste.

—Te observa. Lo he visto.

<Entonces también has estado observándome> Casi afirmo. Pero recordé sus palabras de hace rato. <Y ahora no puedo dejar de observarte>. Así que cambié el rumbo.

—Estábamos hablando sobre tus... Novias. Y tú, dijiste que Bruthany lo sabe.

—Dos apodos —musitó—, que linda.

—Ya lo sé.

—Y con autoestima elevada. Bien.

—Así te gusto —hablé sin pensar. Statham listo para contraatacar y por su expresión me di cuenta que fuera lo que fuese que iba a decir se quedó atorado en su garganta. Y es que hasta yo me sorprendí diciendo eso.

AMERICAN COLLEGE ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora