29) Una estúpida y un soltero.

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Un brazo grande y fuerte fue colocado detrás de mis rodillas y el otro en mi espalda. Extrañaba demasiado que mi papá me cargue, incluso de esta manera. Luego de aquella fuerte discusión, ni siquiera me regañaba e incluso eso añoraba. Solté la almohada y lo abracé para sostenerme mientras me levantaba del piso y, un silencioso sollozo salió de mis labios. Me apretó un segundo y luego me dejó sobre la cama con cuidado, me quitó los zapatos y cubrió mis piernas con la cobija. Ya había anochecido. Esperé que se fuera como siempre lo hace, pero se quedó arrodillado frente a mí y me limpió una lágrima que salió sin permiso. Sollocé cuando mantuvo su mano en mi mejilla y mordí mi labio a propósito.

—Brika —susurró consolándome y me abrazó al tiempo que se sentaba en la cama y yo me largaba a llorar en sus brazos. Y no podía parar, sollozaba y sollozaba sin intención de morder mi labio para detenerme. Su mano pasando por mi cabello.

—Tengo novio —musité luego de un momento y lloré más. De seguro se extrañó. En mi remota vida me imaginé llorar por tener novio, pero ahora... Todo era diferente. La situación era distinta.

—¿Y por qué lloras? —cuestionó bajo, pero con voz fuerte, como lo es él—. ¿Te hizo algo? —Negué con la cabeza. Hablando cada cierto momento ya que poco a poco me iba calmando.

—Porque no es él quien me gusta.

Inclinó un momento su cabeza hacia atrás para observarme. Sus cejas juntas mostrando confusión.

—¿Entonces por qué aceptaste? No es necesario tener novio siempre.

—Porque vi al que sí me gusta con una... Con su interesante novia. Estaba molesta y entonces acepté a Oscar. Y sigo molesta porque Statham no debería de importarme, pero ahora me doy cuenta que realmente me gusta. Gustar de gustar... De verdad.

Era la primera vez que tenía con mi papá una plática así, quizá desde donde esté, mi mamá trata de responderme la pregunta que le hice antes de quedarme dormida, por medio de él. Y no tengo intenciones de preguntar nada sobre carreras, si él sabe de eso o no, porque no quiero que se moleste y se vaya.

—¿Statham? —preguntó sorprendido—. ¿Harley? ¿El rizado que tiene un Challenger negro? —Había olvidado que se conocen. Asentí y me senté frente a él.

—Ahora ya sabes de qué puto estamos hablando.

—Sí. Ahora ya sé qué puto hizo llorar a mi hija. —Me hizo sonreír que repitiera "Puto", y me alegró incluso que dijera "Mi hija". —Brika.

—¿Sí?

—No encuentro otra manera de plantearte esto, así que lo diré. —A pesar de su tono firme, Roger McVey continuaba hablándome suave. —Vas a alejarte de Harley ¿De acuerdo? —Asentí. —No quiero tener problemas ni discusiones contigo por no obedecerme.

—De todas maneras, pensaba hacerlo, papá. No voy a acercarme a Statham.

—Bien. Ahora descansa. ¿O quieres cenar? Hay pasta —agregó queriendo convencerme. Se veía algo preocupado, pero no quise decir nada más.

—Comeré —respondí con una sonrisa. Me gustan las pastas, aunque no tanto como el Zhumir Pink de Sandía. O el ya sabemos.

Sabrina sonreía durante la cena, feliz de que mi papá y yo ya nos habláramos y estemos cenando juntos los tres de nuevo. Aunque me encantaría que Evan estuviera también aquí.

Tenía mis ojos hinchados por llorar y dormir. Luego del baño que me di, me coloqué una bata de dormir, arreglé mis cuadernos y uniforme para el siguiente día y me metí en la cama para llamar a Brandon. Pero antes de palpar el teléfono verde en la pantalla para llamar a "Cachorro", dejé mi móvil en la mesa de noche y miré al techo. Sin nada de sueño por haber dormido en la tarde, pasé horas dando vueltas y pensando en todo.

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