14) Grupos unidos.

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(Lunes, octubre 04)

Bajé a desayunar aún en pijama y me encontré con una nota en el refrigerador:

<<Hay panqueques y café, ya me dirigí a Oxisol. Roger>>

Genial, ni siquiera firmó la nota como "Papá" o algo así. Al menos por Sabrina.

Mentalmente rodé los ojos y me dispuse a desayunar lo que preparó mi papá. En esta casa, el que primero se levanta, si tiene la oportunidad de preparar el desayuno para todos, simplemente lo hace. En la encimera mi celular sonó indicando una llamada y gruñí molesta. En la pantalla, la foto de un mono se dejaba ver y debajo el nombre de "Brooks". Lo ignoré durante sus tres intentos de llamarme, hasta que llegó un mensaje:

<<De: Brooks.
No te despediste de mí>>

No habla en serio ¿Verdad? ¿Acaso cree que después de terminar conmigo por acusarme de serle infiel, y todo esto hace meses, puede venir y hablarme de pronto? Alejandro es un idiota.

Nuevamente vibró cuando estaba terminando de desayunar mis panqueques.

<<De: Brooks.
Me duele ver tu asiento vacío en Química.
Ver que otra ocupa tu casillero.
No verte fuera de clases.>>

<<De: Brooks.
Me enteré hace unos días que te mudaste a San Diego, lamento no haberte llamado después de terminar. Sé que no rompimos en buenos términos, pero me habría gustado hablar contigo antes de que te mudes.>>

Presioné "Llamar" ya cansada de sus mensajitos.

"Llamando a "Brooks". Al primer timbre contestó y no esperé nada para mandarlo a joder a otra parte.

—Amor —respondió asombrado y se podría decir emocionado. Seguro no esperaba mi llamada.

—Escucha Brooks, ya no soy tu amor ¿Sí? Tú y yo ya no tenemos nada de qué hablar, no tenemos ni un tema de conversación en común —solté sin titubear—. Estando frente a ti te expliqué las cosas cómo fueron y no me creíste, no me vengas ahora con que tenemos una conversación pendiente.

—Bri...

—No, Brika nada. Y ahora por favor, deja de llamarme, escribirme o tratar de contactar conmigo —Y así sin más, colgué. Solté un suspiro y decidí olvidar el momentito. <Que manera de querer arruinarme el día>.

Subí a mi habitación a cepillarme los dientes y cambiarme de ropa. Ayer en la noche, como siempre, dejé lista las opciones de ropa que usaría hoy y todos mis útiles y cosas personales.

Me metí en unos jeans claros, blusa vino sin mangas y tacones oscuros. Y busqué una especie de suéter beige abierto y largo por si acaso. Sin maquillaje, una trenza rápida colgando de lado y listo. Agarré mi mochila y me la colgué de un hombro.

Me vi en el espejo junto a la pared al lado de la puerta – normal, no la del piso – y grité fuerte a Sabrina.

—¿YA?

—¡Ya casi! —respondió desde su habitación.

La esperé en el living, sentada sobre el apoya brazos de un sofá. Menos de cinco minutos después, ella bajó con una blusa negra con blanco y un jean claro. Además de una enorme chaqueta oscura y zapatos levemente altos combinados. Su cabello rubio estaba suelto y su bolso cruzado.

—Lista.

Salimos de casa cuando escuché a Maxxis tocando la bocina de su coche. Anoche, como a las diez, Luigi y Jezabel pasaron recogiendo mi Volkswagen. Lo necesitaban para trasportar un montón de cartulinas que debían llevar hoy al American y Jezabel tiene su auto en Oxisol. Así que se los presté después de decirles:

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