Capítulo 2

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Al menos piénsalo..

Desperté gracias al rayito de sol que atraviesa mi ventana, cabe aclarar que lo detesto. Lave mi cara, mis dientes, cepille mi cabello y bajé a desayunar

Como era de esperarse, mi adorado padre, el mismísimo Gellert Grindelwald, estaba esperandome con una encantadora sonrisa para tratar de convencerme u obligarme a cumplir con su petición

-Dije que no, y es no -le aclaré mientras tomaba asiento

-¡Sabes no te costará nada! -demandó él en reprimenda

-Lo sé, pero no quiero hacerlo -contesté con simpleza

-Al menos decime que lo vas a pensar -pidió resignado

Con tal de que me deje desayunar tranquila era capaz de bajar al mismo infierno.

-Está bien, lo voy a pensar -accedí a regañadientes

-Me alegra que nos entendamos -dijo él con una sonrisa victoriosa

-Por cierto.. -mientras untaba mi tostada -¿Cuándo inician mis clases?

-En una semana -contestó antes de beber un sorbo de café

-¿Cómo se tomo Albus Dumbledore el hecho de que yo quiera asistir a su colegio? -pregunté curiosa y divertida

-Serás de sus favoritas -ironizó con gracia

Solté una pequeña risa, sabía que ese viejo no me quería ahí.  No le agradaba mi padre, menos le iba a agradar yo que soy su versión en miniatura.

Dicen que las segundas partes son las peores, y no se equivocaron.

-Arreglate, vendrán los Riddle.

-¿Puedo preguntar por qué los frecuentamos tanto ultimamente? -inquirí curiosa

-Poder, podés. Que yo te conteste es otro tema -contestó con tono burlón

Rodeé mis ojos.

-Me voy a cambiarme -avisé mientras me levantaba

-Está bien, cuándo vengan Matheo y Tom podés preguntarles acerca de hogwarts -me sugirió 

-Brillante, cómo no se me ocurrió -solté con todo mi sarcásmo 

Papá me dedicó una mala mirada y le sonreí para después ir a mi cuarto.

Me puse una camiseta grande como vestido y mis zapatillas, eran solo Tom y Matheo, no me iba a arreglar.

Al sentir el ruido de la puerta bajé y sí, efectivamente eran ellos

-Hola tilinguita -dijo Tom con una sonrisa

-Tomi -lo saludé con una falsa sonrisa

Él me miró mal, odia que lo llame así.

-Ya era tiempo sin verlos -soltó Matheo con una sonrisa

-Es cierto Theo -le sonreí también 

-Por qué no van a charlar al jardín, nosotros tenemos una reunión -sugirió papá, aunque pareció más una orden que una sugerencia

-Está bien -dirigí mi mirada Matheo y Tom -vamos chicos

Los tres caminamos hacía el jardín y nos sentamos en los sillones.

-Así que vas a asistir con nosotros a Hogwarts -cuestionó Matheo, aunque era obvio que sabía la respuesta

-Que rápido corren los chismes entre mortifagos -irónice y ambos se rieron -pero si, voy a ir a Hogwarts.

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