Capitulo 125

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No voy a mentir, estaba nerviosa, ansiosa y algo asustada, pero obviamente iba a ir.

Aunque antes, debía hacer algo.

De mi cajón tomé tres collares de cuarzo que tenía guardados para una ocasión necesaria (como lo era ésta) y mi libro de hechizos antiguos, sin siquiera cambiarme fui al salón de pociones.

Al llegar cerré la puerta con un encantamiento, preparé mi mesa de trabajo, tomé un caldero y acomode los collares con seis trozos de amatista al rededor para conjurar un hechizo.

Al llegar cerré la puerta con un encantamiento, preparé mi mesa de trabajo, tomé un caldero y acomode los collares con seis trozos de amatista al rededor para conjurar un hechizo

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¿Qué rayos iba a hacer? Se estarán preguntando..

Iba a crear una conexión con Tom y Matheo, dada las circunstancias y mis malos presentimientos quería cuidarme y cuidarlos a ellos y éstos amuletos nos servirían precisamente para eso.

Una vez listo el brebaje de gusanos, tierra de cementerio, flores azules, hojas de menta, acónito, aguamiel, y moco de murtlap, busqué el hechizo que necesitaba y comencé a conjurarlo en voz alta y en latín.

Las lenguas muertas tenían mayor efecto en la magia oscura.

《La conexión que une a éstos amuletos será eterna y sustentable, mis ojos y los suyos serán capaces de ver el mismo espejo y nuestros corazones se encontrarán siempre, a pesar de la distancia》

Tomé los collares y los sumergí en la poción, escribí en tres trozos de pergamino mi nombre completo, el de Matheo y luego el de Tom, y los arrojé dentro del caldero.

Cuando la poción cambio su color verde oscuro a un celeste cielo, supe que el conjuro había funcionado.

Retiré los amuletos del caldero, regresé todo a su lugar y corrí al cuarto de los chicos.

-¿Qué rayos haces aquí y vestida de esa manera mujer? -preguntó Tom observando mi pijama de ositos y seguramente preguntándose si ya había enloquecido

Miré el reloj y faltaba media hora para la media noche.

-No tengo tiempo de explicarles, pero necesito que los usen y no se los quiten -dije mientras le ponía uno de los collares a Matheo

-¿Por qué? -indagó él analizandolo

-¿Qué son? -preguntó Tom mientras le colocaba el suyo

-Amuletos, con esto estaremos conectados, sabrán si estoy en peligro y como encontrarme.. -expliqué rápidamente

Ambos me miraron confundidos.

-Han pasado cosas extrañas, les prometo que mañana se los explicaré, ahora debo irme -dije mordiendo mi labio inferior rogando para que no protestaran

-Cuídate ¿me oiste? -soltó Tom en advertencia

Sonreí y asentí.

Tras dejar la habitación, supe que era momento de abandonar el castillo.

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