Capítulo 85

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Luego de un rato de buscar que ponerme, terminé decidiéndome por un corto vestido negro de manga larga con una pequeña abertura en un costado.

Caminé a la torre de astronomía, al llegar y ver a Draco, mi boca se abrió en una enorme o.

Vestía una camisa blanca abiera y unos pantalones negros con tirantes.

Su mandíbula prounciada, su cabello rubio y el aroma de su perfume fueron suficiente para hacerme caer ante él

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Su mandíbula prounciada, su cabello rubio y el aroma de su perfume fueron suficiente para hacerme caer ante él.

Me dió un órgasmo de solo verlo.

Si buscas la defición de perfección en el diccionario estoy completamente segura de que te aparece una foto de Draco Malfoy.

-Salazar, dame fuerzas para soportar la tentación -rogué mirando al cielo

Draco tomó mi brazo mientras se reía.

-Cierra la boca -bromeó

-Es que es alucinante, no podes ser tan hermoso, tan... -mordí mi labio inferior

Por primera vez en mucho tiempo vi sus mejillas teñirse de rojo.

-¿Bromeas? ¿Acaso te haz visto al espejo? -sonrió

Tomé sus mejillas y le di un corto beso.

-Comamos, muero de hambre.

Draco tomó mi mano y me llevó hasta el balcón de la torre, en el suelo había un gran mantel color negro y encima de este había todo tipo de comida.

-Draco -lo miré enternecida

-Es lo menos que te mereces.

Tomé asiento en uno de los extremos y Draco en frente de mi.

Mientras comíamos hablabamos un poco de todo, él miraba cada tanto las estrellas, sabía que le gustaban mucho y luego me miraba a mi.

Su mirada siempre se encontraba con la mia, ya que se me hacía imposible dejar de verlo.

Cuando ya habíamos terminado de comer me acerqué a él sentándome a su lado.

-Gracias -susurré cerca de su cuello

Noté su sonrisa.

-Me encantó la comida, pero aún quiero algo más -dije mientras jugaba con uno de sus tirantes

-¿Ah si? ¿qué es lo que quieres? -preguntó denotando interés

Llevé mis manos a su cuello y me senté sobre él.

-Te quiero a ti -susurré

La respiración de Draco se había entrecortado mientras me miraba a los labios.

-Tienes el poder de hacerme perder el control ridículamente rápido -murmuró mientras sus manos bajan lentamente por mis caderas

-¿Yo te hago perder el control? -digo con la voz entrecortada, casi como un gemido

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