Capítulo 34

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-Hoy en la tarde se llevará a cabo el primer desafío -anunció Dumbledore

-¿En qué consistirá? -cuestionó una chica de Ravenclaw

-Se enterarán cuando estén ahí, deberán estar a las cuatro en el gran salón ¡Preparense y enorgullezcan a su casa!

Todos volvieron a aplaudir.

Desayuné bien, no sabía que me esperaba. Cuando todos terminamos fui a mi cuarto a cambiarme.

Cuando terminé me recosté en la cama para repasar un poco, y sin darme cuenta me quedé profundamente dormida

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Cuando terminé me recosté en la cama para repasar un poco, y sin darme cuenta me quedé profundamente dormida.

[...]

-¡T/n! ¡Arriba holgazana!

Fregué mis ojos y estaba Draco sentado en mi cama.

-Hola amor -bostecé.

Me dió un corto beso.

-Vamos, Tom y Matheo querían que te deje durmiendo, así te descalificaban y no podrías competir.

Abrí la boca en O, indignada. Aunque yo hubiera hecho exactamente lo mismo.

-Vamos.

Me llevó a las corridas al gran salón, todo el colegio estaba ahí, en el centro había 16 mesas con elementos de pociones, una para cada uno, estabamos divididos en cuatro sectores, cada casa por su lado.

En el sector de slytherin estaban las cuatro mesas, Draco y yo tomamos nuestros lugares y Dumbledore dió inicio a la primer prueba.

-Delante suyo, cada casa tendrá a tres personas gravemente enfermas, los participantes deberán preparar los respectivos antídotos para salvarlos. Pero solo tres de ellos lo conseguirán, deben ser rápidos y precisos.

Hicieron entrar a 12 personas, tres para cada casa.

Los tres que les tocaron a slytherin estaban arruinados, parecían zombies, tenían cortaduras y agonizaban.

Los gritos eran insoportables.

-¡Comiencen! -gritó Dumbledore y todos pusimos manos a la obra

Por lógica lo primero que se me ocurrió fue que sufrieron alguna maldición, que provocó esos cortes, y tenía la poción ideal.

Esencia de murtlap, calma y cura todas las heridas.

Mientras Matheo leía algunos libros de pociones, Draco improvisaba y Tom estaba cortando algo, yo comencé.

Mientras hacía mi poción note como Hermione y Neville tenían sus ojos llenos de lágrimas al ver a las personas sufriendo, trabajaban nerviosos y mal.

Aunque peor estaba Weasley, que se notaba por lejos que no entendía un pomelo.

Fuí la primera en terminar mi poción, me acerqué a uno de los enfermos y comenzó a gritar con desesperación.

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