Capítulo 121

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Con la ayuda de dos elfos domésticos provocamos un apagón en todo el castillo, esperamos fuera del gran comedor unos quince segundos hasta que salieron Pansy, Blaise, Crabbe y Goyle, apenas lo hicieron, nosotros entramos.

Aún estábamos a oscuras mientras nos integrabamos con los demás que estaban en pánico gritando, algunos otros riéndose de la situación y otros aprovechando para intercambiar saliva.

Las luces volvieron y mi mirada se encontró con la de Potter, que curiosamente estaba frente a mi.

-¡Dumbledore está muerto en la torre de Astronomía! -gritó horrizada una chica de Ravenclaw entrando al gran salón

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-¡Dumbledore está muerto en la torre de Astronomía! -gritó horrizada una chica de Ravenclaw entrando al gran salón

Le dediqué una enorme sonrisa a Harry y él se puso pálido.

Todos comenzaron a gritar mientras McGongall trataba de calmarlos.

-Que tragedia.. -comenté chistando la lengua mientras negaba con la cabeza

-¿Es verdad lo que dijo? ¡Dígame si es cierto! -le gritó Harry a McGongall alterado

-Es cierto Potter, Filch me lo acaba de confirmar -respondió ella entre lágrimas

Él contuvo el aire y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.

-¡Asesina! ¡eres una maldita asesina! -gritó furioso mientras se acercaba a mi

-¡Harry detente! -exclamó Hermione también llorando

-No tengo idea de lo que estás hablando ¡desequilibrado! -rebatí en su mismo tono

Harry empujó a Draco y me tomó del cuello frente a todo el mundo.

-¡Quítale las manos de encima mestizo inmundo! -ordenó Tom sacando su varita

-¡Señor Riddle guarde eso! -lo reprendió McGongall

-Intente obligarnos -la desafió Matheo también sacando la suya

-¡Que la suelte él primero! -exclamó Draco quién también sacó su varita

Mientras otra pelea daba inicio Harry seguía mirándome con desprecio sin soltarme.

Sonreí y relamí mis labios.

-Tú lo mataste, ¿no es cierto? -preguntó entre dientes mirándome

Lo miré a los ojos, estaban cristalizados por las lágrimas, su rostro reflejaba profundo dolor, pero también rabia.

Me acerqué lentamente a su oído.

-Digamos que fui la autora intelectual del hecho.. -respondí en voz baja sin borrar mi sonrisa

Él dejó salir el aire que tenía contenido y dió un paso atrás incrédulo. 

-¡No vuelvas a ponerme una mano encima! Estás completamente loco.. ¡visita a un psiquiatra! -grité llamando la atención de todos

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