Capítulo 25

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-No me digas que t/n te mintió -se burló Tom y Draco lo asesinó con la mirada

-¡Claro que no! Imbécil.

Los chicos se miraron extrañados.
Al cabo de un rato comenzaron a irse, él único que quedó en la sala común fue Draco, quién decidió que iba a quedarse a esperar a t/n, para ver que hacía en lugar de estar con Pansy.

[Mientras t/n]

Ya me había puesto mi pijama y estaba lista para ir con Newt

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Ya me había puesto mi pijama y estaba lista para ir con Newt.

Salí despacio de mi cuarto, fui de puntitas de pie a la sala común y salí de slytherin.

No tardé en llegar a la cocina, como Newt todavía no llegaba, me senté sobre la mesa a esperarlo.

Luego de unos minutos él apareció.

-¡Por fin! -dije y él sonrió

-No dramatices -se acercó a mi y me ayudo a bajar de la mesa -¿Nos vam..

-¡Así que esto es lo que ibas a hacer! 

Levanté mi vista y no lo podía creer.

-Draco -emití sorprendida

-¿Te ibas a ver con el hufflepuff? ¿Es en serio? -escupió molesto

-Draco no es lo que vos pens.. -Newt trataba de explicarle

-¡Vos te callas! -le ordenó Draco y Newt obedeció

Esa situación fue la gota que derramó el vaso.

-¡No, vos te callas en todo caso! -Draco me miro sin entender y yo me acerque a él -te dije y te repito, a mi nadie me controla.

Él frunció el entrecejo, yo me alejé y tome a Newt de la mano

-Vamos Newt.

Newt no dijo nada y solo me guió a la sala común de hufflepuff, no volteé a ver a Draco pero seguro estaba masticando su odio para no atragantarse con él.

La entrada a la sala común estaba escondida en una pila de grandes barriles en un hueco a la derecha del corredor de la cocina.

Newt me explicó de debía golpear el segundo barril empezando a contar desde abajo, en medio de la segunda línea, siguiendo el ritmo de “Helga Hufflepuff” y la tapa se abriría.

También que es la única casa de Hogwarts que tiene una forma de repeler a los extraños. Porque si se golpea la tapa equivocada o el ritmo no es el correcto, el intruso será bañado en vinagre. Que horror.

Con paciencia y atención Newt me enseño en ritmo y entramos.

Una vez adentro me inundo el aroma a miel y pan caliente, la sala comun era de un bonito color amarillo, todo ahí era de madera y se volvía muy acogedor.

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