Capítulo 80

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Desperté con Draco a mi lado.

Verlo dormir me tranquilizaba, aunque también me cuestionaba si realmente podía confiar en él.

¿Por qué darle el poder de destruirme?

¿Confío realmente en que no lo haría?

Dejé las dudas existenciales de lado, debía hablar con Pansy.

Me levanté con cuidado de la cama, luego de darme una ducha me vesti, arreglé mi cabello y me maquillé un poco para disimular mi cara de sapo atropellado.

Encontré a Pansy, iba camino al comedor cuando la detuve y le pedi que me acompañara a un salón vacío.

-Dime, ¿qué ocurre? -preguntó sonriendo

Suspiré y hablé.

-¿Sientes algo por Draco?

Ella se rió como si hubiera contado un chiste, pero al ver que yo no me reía su sonrisa se desvaneció.

-¿Es en serio? -indagó

-Te hice una pregunta, respondeme.

-Si hablas de algo romático, diag, no.

-Entonces, ¿por qué has estado detrás de él éstos días?

Ella suspiró aliviada.

-Ahora entiendo, calmate, te explicaré.

Crucé los brazos y asentí.

-Leta me contó que Draco se sentía mal, que no quería decirte nada para no preocuparte, entonces me sugirió que no lo dejara solo, que intente ayudarlo.

Pansy continuó explicándome pero lo único que resonaba en mi mente era《Leta》.

-Hablé con Draco, él insiste en que nada le ocurre, pero no te preocupes, todos estamos con él ¿si? -Pansy sonrió y tomó mi mano

Todo había cerrado.

Había caído redondita en un juego de Leta.

-Está bien Pansy, lamento haber dudado -sonreí a medias

-Creéme, Draco te ama, y yo amo a Matheo, además valoro nuestra amistad, jamás te haría algo así -aseguró

Asentí agradecida y dejé el salón.

Pensé en  buscar a Leta, amenazarla o torturarla por lo que había hecho, pero decidí que sería mejor jugar su propio juego.

Cuando vuelva a decirme algo, me haría la tonta, después de todo, solo trataba de llamar mi atención.

Regresé a slytherin, apenas crucé la puerta de mi habitación me tiré encima de Draco.

Él despertó y fregó sus ojos.

-Ey -sonrió acariciándo mi mejilla

-Te amo -susurré

Él sonrió, y antes de que pudiera decir algo, lo besé.

Me deshice de mi ropa sin dejar de besarlo y aún encima suyo comencé a mover mis caderas.

-Oh, dios -murmuró

Sus manos presionaron mi cintura con fuerza, al tiempo que se abría paso en mi.

Gemí al sentirlo dentro mio y continué moviéndome mientras me besaba.

Tomó mi cuello e hizo que lo mirara a los ojos.

-Eres la mujer más hermosa que ha existido.

Sentí mis mejillas arder mientras una sonrisa escapaba de mis labios.

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