Capítulo 74

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Me encontraba sentada en la cama junto a Draco, que aún estaba procesando todo lo que le había contado.

No lo culpo, era demasiada información de golpe.

El hecho de saber que Voldemort vivía, que quería matar a Harry, que mi padre no había abandonado sus planes como todos creían y que yo estaba siendo su cómplice.

-Por favor, di algo -pedí nerviosa

-A ver si entendí bien.. ¿estás guiando a Potter a su muerte?

Hice una mueca y asentí.

-Sí, técnicamente..

Él asintió de forma lenta.

-¿Podemos dormir y mañana hablar de esto? -mordí el interior de mi mejilla

Draco suspiró y tomó mi mano con suavidad.

-No hay nada que hablar, tienes mi apoyo incondicional, para todo -sonrió

Sentí mi corazón detenerse, no podía con él.

Lo besé y nos acostamos en silencio.

Mientras Draco acariciaba mi cabello me quedé dormida sobre él.

[...]

Desperté al sentir las caricias de Draco, sonreí y lo besé.

-Buen día.

-Buen día -me saludó él

Al instante recordé que hoy era el tercer y último desafío, no podía darme el lujo de querdarme en la cama.

-Debo irme -avisé mientras me levantaba de la cama

-¿Tan pronto?

-Tengo cosas que hacer -hice una mueca

-Está bien -accedió resignado

-Te amo -sonreí a medias

-También te amo.

Dejé la habitación y fui a mi cuarto.  Me arreglé lo más rápido que pude, antes de salir busqué en mi cofre una pulsera de oro blanco, y luego dejé slytherin, debía ver a Barty.

Recorrí los pasillos buscándolo, hasta que lo encontré en el patio, donde le hice señas para que me siguiese.

Entramos a un salón vació y cerré con magia.

-Señorita Grindelwald.

-Barty, necesito que hagas de la copa un traslador.

Él me miro sorprendido. No se esperaba que yo hubiese fallado.

-No preguntes, solo hazlo.

-A sus órdenes señorita.

Caminé al comedor, allí estaban Matheo y Tom desayunando.

-Chicos -los saludé mientras me sentaba

-Es hoy -Tom sonrió

-Ni me lo recuerdes -sonreí y negué con la cabeza

En ese momento Heaven, mi lechuza se posó frente a nosotros con una carta, al mismo tiempo la lechuza de los Riddle se posó a su lado.

Tom le quitó las cartas a la lechuzas, les di comida a ambas y se fueron.

Me entregó la mia que decía lo siguiente:

Esta noche habrá una reunión luego del gran acontecimiento, te espero en casa.

G.G.

-¿Qué dice la tuya? -cuestionó Tom

-Hay reunión esta noche, ¿la suya?

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