Capítulo 90

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Luego de que Draco le contara con lujo y detalle todo lo que había pasado en la clase del profesor Binns a la enfermera, Madamme Pomfrey, ella me regañó. 

Dijo que no podía darme el lujo de enojarme ni preocuparme en mi estado, que podría provocarme migrañas o peor, magia involuntaria, como lo fue el fuego azul.

Me dió una poción para calmarme y con la condición de que me cuidara me dejó ir.

-Vamos a la clase de Dolores, no quiero llegar tarde -dije arrastrando a Draco a la salida

Él me miro extrañado pero igual me siguió.

Una vez en clase, la vaca rosa nos dió exámenes a todos.

En cuestión de minutos terminé el mio y noté que mi pierna se movía por la ansiedad.

¿Donde rayos estaban los gemelos?

Una especie de chispa se presentó en la puerta del amplio salón, llamando la atención de todos, y la de Dolores.

Reprimí una sonrisa mientras ella se acercaba a la puerta.

La chispita resultó ser un fuego artificial que estalló en el medio del salón haciendo que todos dejaran de ver sus exámenes.

-¿Qué ocurre? -preguntó Draco

-Observa -respondí riendo

En ese momento los gemelos Weasley atravesaron la entrada del salón, volando encima de Dolores mientras gritaban y lanzaban fuegos artificiales.

Mientras los fuegos estallaban las hojas de todos salieron volando por los aires.

Todos se reían, menos Tom, él nunca se ríe, a menos que estuviesen matando a alguien.

Poco a poco todos iban levantándose de sus asientos, mientras tanto, dejé un beso en la mejilla de Draco, me pare encima de la mesa y extendí mis brazos a Fred.

Él al verme sonrió y se acercó volando para subirme en su escoba.

Me reí al ver que los fuegos artificiales en forma de pequeñas bolitas perseguían a Crabbe y Goyle.

Filch entró corriendo al salón y quedó estupefacto al ver aquél alboroto.

-¿Listo Georgie? -preguntó Fred

-Listo Freddie -respondió él sonriendo

-¿Listos para qué? -pregunté riendo

-Para esto, bonita -Fred me guiñó un ojo

George soltó un enorme fuego artificial que en segundos tomó la forma de un enorme dragón, no pude contener mi risa al ver la cara de espanto de Dolores.

El dragón comenzó a perseguirla y ella corrió a toda velocidad hacía la salida, aunque fue en vano.

Los fuegos artificiales estallaron sobre su cabeza destruyendo todos los decretos que se hayaban colgados en la pared.

Mi risa retumbaba todo el salón, Geroge y Fred se reían de mi risa. Por poco y todos los cuadros aplastan a Dolores por completo.

Fred sujetó mi cintura, él y George se miraron y ambos pusieron en marcha las escobas.

Dejamos el salón y salimos volando al patio, todos nos siguieron hasta afuera riendo y festejando.

-Este es tuyo -gritó Fred entregandome un fuego artificial

Miré a George con una enorme sonrisa y él asintió, los tres lanzamos nuestros últimos fuegos artificiales al mismo tiempo.

El de ellos había formado la letra W, y el mío una enorme G.

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