Las clases en Hogwarts habían acabado por navidad, Tom y Matheo decidieron quedarse en mi casa durante las vacaciones, Draco prometió venir de visita muy seguido.
El segundo día en casa ya quería matar a Matheo.
-¡Matheo! -grité a todo pulmón entrando a la cocina
Todos me miraron como si estuviera loca.
-¿Qué hice yo ahora? -preguntó haciéndose el inocente
-¡Me robaste mi acondicionador para el cabello!
-Lo tomé prestado -me corrigió
-¡Ni siquiera me preguntaste!
-Si no preguntas, no te pueden decir que no -obvió sonriendo
-Te mataré, lo juro.
-¡No! No pude evitarlo, lo necesito para tener estos rizos definidos -dijo mostrándome su cabello
-No te preocupes, para cuando termine contigo no tendrás ni un solo rizo -sonreí acercándome
-¡Señor Grindelwad! -gritó Matheo mientras empezó a correr
-¿Quién me mandó a tener niños? -dijo mi padre volteando los ojos
-Solo están jugando Gellert -le dijo mi madre detrás de él frotando sus hombros
Cuando atrapé a Matheo y lo tiré al suelo, un elfo doméstico se paro frente a mi.
-¿Qué quieres? ¿no ves que estoy por asesinar a una persona?
-Lamento interrumpir su intento de asesinato señorita Grindelwald, pero el señor Malfoy está en la puerta -respondió el elfo
-¿Draco? -dije emocionada
-Dudo que sea Lucius, debe estar llorando en Askaban porque nadie allá le prepara el desayuno -bromeó Tom
Papá no pudo evitar reírse, los miré mal a ambos y fui al recibidor, allí estaba Draco mirándome con una sonrisa.
-¡Viniste! -exclamé corriendo a sus brazos
-Sí -respondió entre risas mientras me abrazaba
Deshicimos el abrazo y me dió un tierno beso.
-Oh por dios, es muy temprano ¿desayunaste? ¿quieres algo? -dije alarmada
-Gracias, pero ya desayuné, tranquila -dijo sin borrar su sonrisa
-Ven, vamos con los demás -dije tomando su mano
Entramos al comedor y aclaré la garganta.
-Draco vino -chillé emocinada
Mi madre sonrió y lo analizó por completo, ella jamás lo había visto en persona desde que nos reencontramos.
Ella podía aparentar ser muy amable, cariñosa, pero también era sumamente calculadora y despiadada, supongo que por eso mi padre cayó ante sus encantos.
-¿Has visto como ha crecido el joven Malfoy, Vinda? -indagó mi padre
-Sí, es muy alto y guapo -respondió mi madre con una sonrisa genuina
Sonreí al notar a Draco algo avergonzado, aunque trató de ocultarlo.
-Toma asiento, ten una taza de chocolate caliente -dijo mi madre preparándole una
-Está bien, gracias -aceptó Draco
Supongo que aceptó por cortesía o presión, pero me dió ternura.
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Grindelwald
Fanfiction-Más grande que yo, la tierra, ¿y qué crees? ¡La estoy pisando! -¡No podes hacer lo que te venga en gana!- reprendió Me pare frente a él y lo mire directo a los ojos -Observame.