-Mi hermosa hija -dijo mi padre al admirarme
Sonreí y asentí en agradecimiento.
-Tomen asiento niños -sugirió Voldemort, aunque sonó más como una órden
Me senté en el extremo de la mesa, con Tom a mi derecha y Matheo a mi izquierda.
-Ponganme al día, ¿qué ha estado pasando? -apoyé mis codos sobre la mesa y entrelacé mis dedos
-Hemos descubierto, señorita Grindelwald, que Dumbledore ha estado reclutando a los gigantes.. -respondió un mortifago joven
-Así que recluta criaturas.. -asentí pensativa
-También lo estamos haciendo nosotros señorita -agregó otro mortífago
-Muy bien, debemos estar preprarados para cualquier cosa.
-Son muchos los que están de su lado -dijo con desagrado mi padre
Pensé unos momentos y una idea vino a mi mente, una maravillosa idea.
-Ya que nos vemos en la obligación de reclutar gente, ¿por qué no traemos a los mortifagos que faltan? -sonreí
Los mortifagos y mi padre prestaron especial atención a lo que estaba diciendo.
-¿Qué estás tramando mocosa?
Ignoré a Voldemort y dirigí mi vista a mi mano derecha, Tom.
-Tomi, ¿qué te parece una pequeña visita a Askaban?
Él sonrió, los mortifagos se miraron entre sí con una chispa de emoción.
-Eres sensacional -susurró Matheo en mi oído
-¿A quién culparemos? -indagó mi padre
-¿Acaso no es obvio? A Sirius Black por supuesto.
Él asintió gratamente sorprendido.
-Si el ministerio lo culpa de todo, ¿por qué nosotros no? -sonreí
Tom también sonrió.
-Si no tienes cuidado los dementores podrían atraparte y arrastrarte a las celdas de Askaban -me advirtió Voldemort mientras una sonrisa se formaba en su rostro
Eso quisieras, pelado cabeza de fósforo.
-Tranquilo Lord Voldemort, no soy ni la mitad de estúpida que usted o sus secuaces, a mi no me suceden ese tipo de cosas -respondí sonriendo con falsa amabilidad
-¿Acaso estás comparándote conmigo mocosa? -cuestionó en tono desafiante
Mi padre me miró con cierta intriga y diversión, esperando a ver como reaccionaba.
Enarqué una ceja mientras me levantaba de mi asiento, Tom trató de detenerme pero igual caminé hacía Voldemort.
Me agaché a su altura y chasqueé la lengua mientras negaba con la cabeza.
-¿No le parecen palabras demasiado grandes para alguien cuya vida depende de dos palabras de una mujer? -indagué fingiendo pena
Voldemort me miró a los ojos repleto de rabia, mientras los mortifagos murmuraban entre ellos, yo me incorporé para volver a mi asiento.
-¿Sabes cuantas personas he matado? ¡más de las que haz visto en toda tu vida! ¿y tú? No eres más que la hijita malcriada de Grindelwald -escupió iracundo
Me reí de forma irónica y regresé la vista a él.
-¿Y de que te ha servido? No pudiste matar a la única persona a la que necesitabas muerta, a Potter.
ESTÁS LEYENDO
Grindelwald
Fanfiction-Más grande que yo, la tierra, ¿y qué crees? ¡La estoy pisando! -¡No podes hacer lo que te venga en gana!- reprendió Me pare frente a él y lo mire directo a los ojos -Observame.