Capítulo 48

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Cuando llegamos a slytherin me tiré en el sillón de la sala común.

Matheo me hizo a un lado y se recostó junto a mi.

-No entramos idiota, te vas a caer.

-Callate, si no te moves, no me caigo -respondió él

Los demás se reían y se sentaron en el otro sillón.

-¿Te calleron bien los gemelos Weasley? -cuestionó Pansy mirándome

-Sí, son lindos -respondí sin pensar demasiado

Draco entre abrió los labios un momento y se puso serio.

Me di un golpe mental por ser tan estúpida.

-¿Así que lindos, eh? -se burló Matheo

Lo emujé y se cayó del sillón.

-¡Auch! -gruñó mientras los demás reían

Draco se acercó a mi y se agachó a mi altura.

-A mi cuarto, ahora -ordenó

Tragué en seco.

Él se levantó y se fué.

Yo suspiré y me levanté del sillón también.

-Nos vemos en el comedor chicos.

Me devolvieron el saludo y me dirigí al cuarto de Draco.

Una vez en la puerta de la habitación, mordí en interior de mi mejilla y entré.

Él estaba sentado en el borde de la cama esperándome, no se veía nada feliz.

Me acerqué lentamente y me senté encima suyo.

-¿Todo bien amor? -cuestioné con mi cara más tierna

-¿Con que son "lindos"? -indagó tomando mi cuello

Dios, este hombre me exitaba con solo mirarme.

-Fue una forma de decir -hice una mueca

Él me acercó bruscamente a milimetros de su rostro.

-Te voy a recordar de quién sos.

-Por favor -supliqué y él sonrió

Me besó de forma brusca, sentía su enojo y su deseo mientras apretaba mis muslos con fuerza.

Mordió la parte inferior de mis labios y bajó sus besos a mi cuello.

Mientras me besaba mordía suavemente mi cuerpo, yo cerré mis ojos al sentirlo.

Desprendió con agilidad mi camisa y la hizo a un lado, arrancó mi falda como si no pudiese aguantar un segundo más.

Draco posesivo era la versión más sexy que tenía.

Me tenía a sus pies.

Desprendí los botones de su camisa, al quitarsela me cargó y me recostó en la cama.

Sonreí y mordí mi labio.

Él sonrió, se puso sobre mi, sin apoyar su peso y volvió a besarme mientras acariciaba mi intimidad.

Me dió vergüenza que sintiera lo húmeda que estaba.

Él pareció leer mis pensamientos.

Al notarlo sonrió, mordió su labio y negó con la cabeza en un movimiento tan lento como sensual.

-No me hagas sufrir más -rogué

Él acarició mi mejilla, me volvió a besar y entro por fin en mi.

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