Capítulo 10

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Abrí mis ojos y tenía debajo mío a Draco, él seguía durmiendo, se veía tan lindo.

Me acordaba todo lo que había pasado anoche, no estaba tan ebria, además si deseaba su compañía

Quería levantarme pero él me tenía abrazada, así que me volví a recostar sobre él hasta que despertase

Luego de un rato aún no despertaba, levanté un poco la cabeza y comencé a darle cortos besos cerca del mentón

Él despertó y hundí la cara en su cuello

-Buen día -dijo con una sonrisa que y aunque no estaba viendo sabía que tenía

-Hola -emití aún en su cuello

-¿Te vas a quedar ahí? -cuestionó divertido

Yo asentí y pude oír que se rió

-No sabía que eras así -comentó mientras apartaba mi cabello

-¿Así como? -cuestioné levantando por fin la cara de su cuello

-Tan tierna -respondió sonriendo

Sonreí y volteé los ojos.

-Estaba un poco pasada de tragos, no soy así -le aclaré

-Igual no me desagrada -soltó con esa sonrisa descarada

Y yo obviamente no me iba a quedar atrás. Me acerqué a él y lo miré a los labios

-¿Así que te gusta? -cuestioné con un tono provocativo y algo retador

Él sonrió y relamió sus dientes, acarició mi cintura con delicadeza y mordí mi labio inferior. La tensión que había entre nosotros ya era palpable.

En ese momento golpearon la puerta y ambos nos miramos

-Habla idiota -le grité susurrando

-¿Quién es? -cuestionó él 

-Blaise -se sintió del otro lado de la puerta 

-Pasa -respondió Draco mientras me cubría con la sabana

Blaise entró y al vernos abrió la boca

-No pasó nada -le aclaré y Draco susurró en mi oído -Aún..

Sentí fuego en mis mejillas.

-Bueno, no importa -respondió Blaise -te vine a buscar, tenemos que entrenar 

-¿Ahora? -cuestionó Draco con disgusto

-No mañana -respondió Blaise con notable sarcasmo -¡Sí ahora!

Yo me reí y Draco volteó los ojos.

-Te espero en veinte minutos en el campo -avisó Blaise y se fue.

-Yo mejor ya me voy -dije levantandome de encima suyo

Él me tomó de la cintura y me sentó sobre él

-¿Querés venir al entrenamiento? -preguntó con una sonrisa tierna

-Está bien, te veo ahí -respondí

Dejé un beso en su mejilla y me levanté de la cama. Estaba sin sostén, sin zapatos, y sin nada abajo de la camiseta más que las bragas.

¡Genial!

-Llevate mi túnica -dijo él riéndose

Le sonreí, me puse su túnica y salí del cuarto.

Rápidamente, y sin que nadie me viera salí del sector de los hombres y corrí descalza hasta mi cuarto

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