Capítulo 71

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Mi despertar fue un completo asco, ya que me levanté con una nueva preocupación.

¿Cuando sería el maldito tercer desafío? Y ¿por qué aún no estaba haciendo nada al respecto?

Necesitaba información, ponerme al día.

Me arreglé y fui directo al comedor, en el camino me encontré con el profesor Moody, así que lo tomé de un brazo y lo metí a uno de los salones.

-Señorita Grindelwald, dígame.

-Necesito información Barty, ¿cuándo se llevará a cabo el tercer y último desafío?

-Ayer por la noche lo anunciaron señorita, será en dos días.

-Dame un momento, necesito pensar.

<<Dos días>>.

Ésta vez no podía hacer nada por Potter, él, por su cuenta debía no solamente sobrevivir, sino ganar y tocar la copa.

La copa.

Debía convertir la copa en un traslador y debía hacerlo cuanto antes.

-Barty, necesito que te ofrezcas como voluntario para colocar la Copa de los Tres Magos en el laberinto del desafío.

-Como ordene señorita, ¿algo más?

-Sí, sabes hacer el encantamiento portus, ¿cierto?

-Sí, señorita.

-Perfecto, esta misma noche voy a tratar de convertir la copa en un traslador, pero si por alguna razón, no llego a conseguirlo, necesito un plan B.

Barty sonrió gratamente sorprendido.

-¿Qué? -indagué

-Nada, solo que es asombroso el parecido con su padre -respondió con una sonrisa genuina

Barty Crouch Jr. Tenía devoción por mi padre y Lord Voldemort, cosa que era sumamente extraña.

La mayoría de los mortifagos estaban de nuestro lado por miedo, no por lealtad.

Pero lo de Barty era admiración pura.

-Gracias Barty, por tu lealtad, serás recompensado cuando todo esto acabe -sonreí

-Mi mayor recompensa es servirle a su familia señorita.

Asentí con agradecimiento y dejé el salón.

Llegué a mi destino original, el gran comedor, porque podía ser una brillante mente malvada, pero seguía siendo humana y debía comer.

Me senté en la mesa junto a Draco, al verme sonrió y besó mi frente.

-¿Qué clase tenemos? -cuestiono Pansy que parecía no haber dormido en días

Matheo estaba a punto de responderle cuando una copa voló delante de nuestras narices.

-¡Te juro que te voy a matar Grindelwald!

¿Ahora que hice yo?

Volteé los ojos y suspiré.

-¿Qué ocurre Astoria? -cuestioné con ese tono que usabas cuando un niño hacía berrinche

-¿Sabes acaso cuánto tiempo pasará mi hermana en la enfermería? ¡Dos años! -escupió con rabia

-Pobre alma caritativa carente de maldad -ironicé rodando los ojos

A Tom se le escapó una pequeña risa alterando aún más a Astoria.

-Te juro que me encargaré de que lo pagues -aseguró ella

Sonreí y me levanté de mi asiento de forma pausada.

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