-Más grande que yo, la tierra, ¿y qué crees? ¡La estoy pisando!
-¡No podes hacer lo que te venga en gana!- reprendió
Me pare frente a él y lo mire directo a los ojos
-Observame.
Desperté exaltada al sentir fuertes golpes en la puerta, al mirar a mi lado Draco estaba igual de confundido y atontado que yo.
-¿Quién? -gritó él mientras bostezaba
-Tom y Matheo - se sintió del otro lado de la puerta
Fregué mis ojos y me levanté a abrirles la puerta.
-¿Qué quieren tan temprano? - me quejé mientras trataba de mantener mis ojos abiertos
-¿Temprano? -cuestionó Tom casi indignado
-¿Qué hora es? -indagué
-Es más de medio día, idiota -respondió fastidiado
-¡Qué! -exclamó Draco saltando de la cama
-Y eso no es lo peor.. -murmuró Matheo
-¿Me pueden decir de una vez qué es lo que ocurre reinas del drama? -cuestioné volteando los ojos
-Oh nada cariño, sólo que tenemos una amistosa reunión con nuestros amigos los mortifagos, ya sabes, lo de siempre -ironizó Tom sonriendo falsamente
-Carajo -mascullé
Me di la vuelta y me acerqué al espejo arreglando un poco mi cabello.
-Haz favor de cambiarte, vas a matar de un infarto a tu padre si llega a verte con esos pantalones cortos -dijo Tom mirándome el trasero
-Deja de mirarme ¡degenerado!
-Gracias Tom, no lo había notado -agregó Matheo sonriendo con picardía
Draco lo asesinó con la mirada y reprimí una sonrisa.
-Idiotas -negué mientras me reía
-Voy a cambiarme -avisó Draco mientras se levantaba de la cama
-Nos vemos en quince minutos en nuestro cuarto -ordenó Tom
-Si señor - lo saludé como sargento
Tom volteó los ojos y todos dejaron la habitación para que pudiera cambiarme.
Decidí ponerme un bonito vestido color blanco, de cuello alto y con detalles en encaje. Quería algo que fuera refinado y a la vez, que se viera un tanto temible. Tenía el presentimiento de que la reunión de hoy no sería nada pacífica.
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Al terminar de arreglarme fui al cuarto de los chicos, ambos al verme se mostraron sorprendidos.
-¿Les gusta? -cuestioné con una sonrisa coqueta
-Debo admitir que si no fueses tan detestable, hace tiempo te hubiera hecho mi esposa -admitió Tom curvando la boca
Matheo comenzó a reírse mientras mis mejillas se encendían como el infierno mismo.
-Tom tiene razón, te ves preciosa con eso puesto -agrego Matheo mirándome de arriba a abajo
