-Más grande que yo, la tierra, ¿y qué crees? ¡La estoy pisando!
-¡No podes hacer lo que te venga en gana!- reprendió
Me pare frente a él y lo mire directo a los ojos
-Observame.
Cuando los directivos terminaron el baile todos fuimos a nuestras habitaciones a ponernos algo más adecuado para la fiesta clandestina.
Busqué en mi armario que ponerme y me terminé decidiendo por un top con aberturas y una mini falda negra.
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Me miré en el espejo y sonreí orgullosa por mi lindo outfit.
Golpearon la puerta de mi habitación y abrí, era Draco, al verme se cubrió la cara con las manos.
-No, no, no, ¡no podes ser tan hermosa! -pronunció con exageración
Me reí y tapé mis mejillas ocultando mi rubor.
Él vestía una camiseta negra y pantalones también negros.
-Te ves realmente bien -emití admirando su belleza
-Lo sé -respondió con obviedad
Sonreí y deje un beso en su mejilla.
-¿Vamos? Los chicos nos esperan en la sala común
-Vamos.
Al llegar a la sala común nos encontramos con los demás, todos estaban vestidos muy lindos, Matheo y Tom, totalmente de negro, al igual que Draco, Blaise vestía una camiseta verde oscuro y Pansy un vestido corto verde esmeralda.
Caminamos hasta gryffindor, en la entrada nos recibió Oliver Wood, quien me alagó y nos invitó a pasar.
-Imbécil -murmuró Draco con fastidio
Los demás se rieron y yo negué con la cabeza.
En una esquina estaba Potter y sus sombras, Hermione Granger y Ron Weasley.
Los tres voltearon a verme y los saludé sonriendo con falsedad.
Pansy tomó mi mano y me llevó a rastras al centro de la sala común a bailar. Había algunas chicas de gryffindor que no eran detestables y se sumaron a nosotras.
Otras en cambio nos miraban de forma despectiva.
Envidiosas.
Me reí al ver a Matheo y a Draco parados como dos estatuas cuidando que nadie se nos acercase.
-¿Quieres fastidiar a Granger? -susurró Pansy en mi oído
-Por favor -respondí entre risas
Ella me guiñó un ojo y fue hasta donde estaba el trío de oro, con una sonrisa coqueta extendió su mano a Weasley que no dudo ni un segundo en aceptarla y comenzaron a bailar.
Una sonrisa se pintó en mi rostro al ver la expresión de enojo y celos de Hermione.
No pude evitarlo, me acerqué y tomé asiento en medio de ella y Potter.
-¿Qué querés ahora? -cuestionó Potter de mala gana
-Que feo ¿no? -miré a Hermione
-¿Qué cosa? ¿Tu presencia aquí? -rebatió ella con ironía
