Cap.13-Noche de terror

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En mi vida había estado rodeada de hombres, pues todos los amigos de Jasper lo eran. Y ellos no eran feos. Ni siquiera Lowell era feo. Pero el sujeto que ahora me sostenía en sus brazos, sin siquiera quejarse, como si yo fuese la cosa mas liviana del mundo, me tenía sin habla en este momento.

—¿Ya terminaron de babear o tengo que esperar aquí como imbécil?

La voz de Lowell me había hecho reaccionar, dándome cuenta que estaba sobre un completo desconocido. De manera lenta y tímida, bajé de él con su ayuda. Acomodé mi falda en cuanto mis pies tocaron el suelo dándome cuenta de que él era casi igual de alto que Lowell. No traía playera y tuve que esforzarme por no mirar nuevamente ese torso bien trabajado.

—Tú debes de ser Conrad—Hablé después de unos segundos en silencio.

—Tú eres Valentine—Asintió—La que ha sido la pesadilla de Low todas estas semanas—Había burla en su voz.

—¿Él te dice eso?—Miré al rubio con reproche.

—No. Pero todo el tiempo está maldiciéndote mientras hace tarea.

Eso no mejoraba las cosas. Escuché a Lowell gruñir.

—¿No ibas a dormir hasta tarde hoy?

—Por supuesto, pero la señora Winnie se hubiera comido a tu amiga si no aparecía.

Ahí estaba nuevamente ese sonrojo en mis mejillas. Dios, que vergonzoso había sido todo este asunto.

—Bueno, gracias por arruinar mi plan de deshacerme de ella—Murmuró mientras se daba la vuelta caminando a otra de las habitaciones.

—No te sientas mal, no es contra ti. Aunque así lo hace ver, le agradas.—Escuché al pelinegro detrás de mi.

Me di la vuelta, sintiéndome nerviosa. Era demasiado atractivo y eso era mucho para mi.

—¿Lo crees?

Asintió.

—Estoy seguro de ello. De no ser así no te hubiera dicho en dónde vivía.

—Él no me lo dijo—Le hice saber, apenada—Yo lo averigüe y llegué de sorpresa.

—Bueno, si no le agradaras te hubiera echado en seguida.

—Dejen de hablar de mi, par de estúpidos—Lowell había vuelto, esta vez sin el animal—Valentine, ven aquí y siéntate a comer y tú —Señaló a Conrad—Lárgate a dormir—Con un ademán le ordenó.

Conrad lo miró con diversión mientras él sacaba las cosas de la bolsa en donde estaba la comida.

—De acuerdo, puto amargado.—Le respondió. Me quedé estática al ver como me echaba una última mirada de arriba a abajo antes de que una sonrisa apareciera en sus labios—Fue un gusto conocerte, Valentine. Si necesitas ayuda, solo grita. Estaré en mi habitación—Guiñó uno de sus ojos.

Sentí una corriente eléctrica recorrerme después de aquello. Miré su espalda sin siquiera poder evitarlo cuando él se dio la vuelta para caminar nuevamente a su habitación. Era ancha y tenía muchos lunares haciéndola ver incluso más... Fascinante.

—¿Terminaste ya de verle el culo o empiezo a comer sin ti?

Volteé a ver a Lowell de inmediato, con mis ojos bien abiertos en señal de advertencia. Mi cara probablemente estaba más roja que nada gracias a que su amigo había escuchado aquello. Gracias al cielo ya no dijo nada más y entró al cuarto.

Caminé, con recelo hasta donde él estaba sentado y me acomodé a su lado.

—Eres muy malo.

Volteó a verme, había iniciado a comer sin molestarse en servirme a mi también. Lowell solo me miró, pero no dijo nada.

AlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora