Alusión

Cap.49-Una extraña familia

Cuando llegué a casa me duché en seguida, dejando que el agua me relajara. Era lo que necesitaba después de tanto tiempo estando en tacones. Era tarde y me moría de ganas de dormir, sin embargo, ese nueve en mi calificación no me lo permitiría. Lo supe en el momento en el que me senté en mi cama, con el libro de química y todos mis apuntes en mis piernas.

Si era sincera, ya había logrado comprender lo que hice mal, pero algo me decía que me merecía este castigo por no lograr mi puntaje perfecto.

Estaba a punto de caer rendida, cuando un extraño golpe llamó mi atención. Miré de donde provenía; la pequeña ventana en mi habitación. Me sorprendió ver a Conrad del otro lado de esta.

Me puse de pie caminando hasta esta para abrirla.

-Dudo mucho caber por aquí-Declaró, viendo lo pequeña que era.

Rei levemente, asintiendo, porque era cierto. Esa ventana estaba muy arriba y era pequeña. Solo era necesaria para que entrara un poco de aire si quiera.

Me alejé, dejando que él intentara entrar con mucho esfuerzo.

-Bien, creo que estoy atorado-Concluyó, viendo como ni haciendo fuerza su cuerpo continuaba pasando.

Riendo me acerqué para tomarlo por los brazos, jalando de él.

-Esta ventana no me deja ser romántico, florecilla. Incluso es vergonzoso.

Me controlé las ganas de continuar con una risotada. Mis padres ya habían llegado y esto no se veía ni un poco decente.

Jalé con fuerza mientras él empujaba desde afuera. De un momento a otro, como si hubiesen echado mantequilla, logramos adentrar su cuerpo, haciéndome caer de espaldas, con él sobre mi.

Sin poder evitarlo un grito había salido de mi. Rei en seguida igual que él.

-¿Flaquita? -La voz de papá del otro lado de la puerta me hizo cubrir mi boca. Le pedí a Conrad que callara con mi índice sobre mis labios.

-¿Si?

-¿Todo bien? Escuché un golpe.

-Ah, claro... Solo... Se me calló mi libro-Mentí.

Conrad rio levemente mientras papá se alejaba tras asegurarse que tendría más cuidado. Se quitó de encima mío, antes de ayudarme a ponerme de pie.

Miró alrededor y mi habitación se veía tan pequeña con él aquí dentro. Me pegó a él, abrazándome.

-¿Qué haces aquí?

-Vine a hacer algo que llevo deseando toda la noche.

-¿Y qué?...

Antes de que pudiera terminar, sentí su boca sobre la mía. Haciéndome suspirar.

Era tan dulce. Como hacía rato no me había besado. Tan delicado y tierno que no pude evitar querer prolongarlo.

Mis manos rodearon su cuello, poniéndome de puntitas para poder alcanzarlo.

Al terminar, me dio un pequeño beso antes de caminar conmigo a mi cama. Se sentó, haciendo que me sentara entre sus piernas, acurrucándome contra su cuerpo. Aspiré su aroma, con una sonrisa de tonta.

-¿Estudiarás conmigo?

-Florecilla he venido aquí para besuquearte hasta el cansancio. No para que me pongas a hacer tu tarea-Se burló.

Rei cuando sus manos rodearon mi cintura, pegando mi espalda a su pecho aun más y besó mis mejillas con delicadeza.

Mi estomago revoloteó sin evitarlo.