Cap.22-Tregua

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VALENTINE

No sabía lo que estaba sucediendo. Mi estómago se había revuelto de un momento a otro y pude sentir como mis ojos ardían.

-No sabía que hoy ibas a venir-La voz de Lowell me regresó al momento.

Conrad había salido por la puerta junto a Samadhi, dejándonos solos.

-Si, bueno...-Rasqué mi nuca, intentando hablar como si esta situación no me hubiera hecho un nudo en la garganta.-Pensé que sería buena idea estudiar un poco. Ya sabes, los profesores van a hacerte exámenes pronto.

» Mamá te mandó comida-Señalé, aunque él ya se había adelantado.

-¿Qué se supone que tengo que estudiar? -Preguntó mientras destapaba la comida.

No pude evitar notar lo musculoso que era. Nunca antes lo había visto sin playera. Miré a otra parte de inmediato cuando él volteó a verme.

-Bueno... -Intenté ocultar cualquier signo de vergüenza-Lo que te dije que hicieras ayer de tarea.

-Ah claro...

-¿La hiciste, no es así?

-En eso estaba, pero llegó Samadhi y...

-Está bien -Lo interrumpí, sin querer escuchar nada más.-Podemos terminarla ahora.

Él asintió.

-Voy a ducharme primero-Señaló, poniéndose de pie.

Asentí, sintiendo que era la mejor forma de hablar conmigo misma para relajar la terrible tensión que sentía en mis hombros.

-¿No vas a comer primero?

-No. Caliéntalo en el horno-Pidió.-Me daré prisa.

Asentí, viendo como caminaba hasta su habitación. Suspiré y me puse de pie, con la comida que había traído para él.

¿Qué diablos me pasaba?

Dios, ayer casi estuve a punto de besarlo y ahora... ¿Estaba celosa?

Mis ojos se abrieron al darme cuenta de aquello. No, Valentine. No podía simplemente arruinarlo de esa forma. Era evidente que yo a Lowell no le llamaba ni un poco la atención de esa manera.

Respiré, intentando quitar esos pensamientos de mi cabeza, porque no podía echarlo todo a perder así, no podía simplemente...

¡Hacía un par de meses que había terminado con Jasper!

No podía hacerme esto. Realmente no era lo que necesitaba justo ahora. Y, sabía que si siquiera lo intentaba terminaría con el corazón roto y volvería todo esto incomodo entre él y yo. No quería eso. No quería que volviera a alejarse de mi.

Metí la comida al horno, controlando todas las emociones que pasaban por mi cabeza. Un extraño ruido llamó mi atención de inmediato. Era como... uñas rasgado la madera. Miré a mi alrededor, intentando captar de donde venía. Caminé lentamente por toda la cocina, hasta que llegué a una pequeña puerta bajo el lavamanos. Abrí lentamente y me sobresalté al verlo ahí, con los dientes de fuera, gruñéndome.

Por alguna extraña razón, con esta bestia no funcionaba el "Si me quedo quieto, no me atacará" porque era la segunda vez que lo intentaba y de cualquier modo, el animal se iba sobre mi. Ladrando y gruñéndome.

Grité. Grité y salí corriendo de ahí sintiendo como me pisaba los talones. Era pequeño y con piernas cortas. Podría decir que por primera vez conocía algo con piernas más cortas que las mías. Pero parecía menos torpe y más ágil a la hora de correr. Grité con más fuerza, porque una vez más, el nerviosismo me llevó a no pensar y subirme al sofá, a pesar de saber que esa cosa podía subirse ahí. Entré corriendo a la puerta más cercana, subí a la cama y bajé de esta probablemente dos veces hasta que me di cuenta que esta no la detendría.

AlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora