El día en el que probé por primera vez el dulce sabor de las trufas, recordaba haberme obsesionado tanto, que el exceso de chocolate que había metido a mi cuerpo sacó acné en mi rostro. Eran granos enormes, granos que en un principio quería apachurrar hasta hacerlos desaparecer pero que después de ver que se hacían mas grandes, decidí detenerme.
Recuerdo que en aquel entonces a mis padres les había costado una fortuna el poder llevarme con un dermatólogo y por esa razón, seguí al pie de la letra sus órdenes. Por esa razón, justo ahora, no sabía como hacer para decirle al chico frente a mi que el chocolate no era de mis cosas favoritas.
Me sonreía, y yo me sentía tan apenada por no saber quién era que terminé sonriéndole, ocultando mi incomodidad, y recibiendo los chocolates que me extendía.
"Mi madre me dijo que a las chicas bonitas, hay que regalarles chocolates"
Había dicho después de llamarme por mi nombre.
-Gracias... Ah...
-Gustavo-Contestó él.
-Claro-Fingí que lo sabía. Eso lo hizo reír levemente.
-Sé que no sabes quien soy. Pero me gustaría que estuvieras un poco más enterada. Tal vez... Podríamos salir... -Rascó su nuca, nervioso.
Abrí la boca... Sin saber qué decirle. Mejor dicho, como negarme sin sonar grosera.
No quería tener citas con nadie. Acababa de terminar una relación de casi cinco años, justo ahora lo único que quería era superar a Jasper y poder hacer cosas nuevas en mi vida. Pero por alguna extraña razón, no sentía que salir con otros chicos fuera una de esas.
-Bueno yo...
-Con un puto demonio-El gruñido de Lowell me interrumpió y por primera vez, su mal genio me hizo sentir aliviada. Llegó por uno de mis costados, ignorando al chico.-¿Dónde te has metido? El estúpido de Francis-Se refería al profesor de historia-acaba de quitarme dos puntos y me dijo que como no tenía ninguno, ahora se los debía.-Me sorprendió bastante el hecho de que parecía molestarle algo a lo que días atrás no le daba importancia.
-Lowell...
-¿Y eso qué es? -Murmuró, quitándome los chocolates de las manos.
-Oye... -Me quejé, intentando quitárselos en el momento en el que vi que planeaba abrirlos. Me alejó de un manotazo.
Volteé a ver al chico, apenada. Él me dio una leve sonrisa, restándole importancia.
-¿Tú se los diste?-Concluyó Lowell, al darse cuenta de su presencia.
-Si, bueno...
-Que mala manera de iniciar.-Negó antes de echarse uno a la boca-Ella no consume chocolate. Le salen barros-Señaló, con aburrimiento.
-¡Lowell! -Chillé, sintiendo el sonrojo de vergüenza que me atacaba. Volteé a ver a Gustavo, quien parecía apenado de haber fallado en su regalo-No es verdad-Me apresuré-Me gustan mucho los chocolates-Mentí.
-No es verdad-Continuó, Lowell, llevándose otro a la boca-Te aseguro que cuando no estés viendo va a regalárselo a otro.
-¡Cállate!-Grité, quitándole la caja de las manos de manera brusca.-Gracias por el detalle, Gustavo-Hablé, suavizando mi voz.-No le hagas caso, es su hobby molestar a la gente.
Gustavo asintió, pero algo me decía que no me creía en lo más mínimo. Cerré la casilla y después de despedirme del chico, tomé a Lowell de la sudadera y nos saqué de ahí.
-¿Me das otro? -Señaló en cuanto me pare frente a él.
-¡¿Qué estás haciendo?! -Le reclamé, me había dejado en ridículo.
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Alusión
أدب المراهقينDespués de romper con Jasper, Valentine se da cuenta de lo sola que está. Por esa razón, tras conocer a Lowell y convencerlo de ayudarle a ser la número uno en la lista de chicas más bonitas del instituto, se envuelve en la extraña y misteriosa vida...