Cap.52-¿Por qué aún no nos estamos besando?

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Mackenna

Rei en el momento en el que vi la manera en la que sacaba la lengua mientras abría de forma exagerada los ojos y frotaba con delicadeza la brocha que había tomado en sus manos con tanta delicadeza mientras se veía al espejo.

Regresó a verme y tuve que apretar aun más la boca cuando me di cuenta de la mancha negra que había dejado en su ojo.

Me frunció el ceño.

-Eres una pésima maestra, Kenna. Todo el tiempo te estas riendo de mi y mis porquerías.

-No me estoy riendo de ti... -Me excusé. Cada vez se me hacia menos difícil armar oraciones frente a él.-Bueno, tal vez un poquito...

Me hizo un puchero, dejándome ver esos preciosos ojos verdes.

Era consiente de que los míos eran del mismo color, pero en Noel, estos se veían deslumbrantes junto a su carita preciosa.

Me puse de rodillas en mi cama, acercándome a él. Miró hacia arriba, y entonces me di cuenta de lo comprometedor que había sido esto. Aun así, quería dejar de parecer una tonta y por esa razón, fingí que esta situación no me ponía nerviosa. Tomé una almohadilla con agua micelar, quitándole el moretón falso que se hizo en el ojo.

-Creo que soy un asco-Murmuró.

Negué.

-Solo llevas un par de días practicando. Pronto lo harás genial.

Cuando terminé, antes de que pudiera alejarme si quiera, sentí como las manos de Noel me tomaban por los costados, con lentitud hasta rodear mi cintura. Mi piel se erizó en ese instante y mi cerebro intentaba procesar si no me había quedado dormida y ahora estaba soñando.

-Tu mamá me contó que ahora estás soltera... -Murmuró.

Un par de días atrás, cuando Brandon se apareció afuera de mi casa para pedirme que volviéramos, procuré que mamá escuchara para que saliera. No quería enfrentarlo sola. No cuando sabia que si estaba sola con él era capaz de decir cualquier cosa sabiendo que lograría manipularme y... Yo no quería volver con él.

Era increíble la tranquilidad que tenía ahora en mi vida después de que me alejé de él. Para mi suerte mamá apareció y él no fue capaz de decir nada más que disculparse por como habían terminado las cosas.

-Bueno... Si-Contesté nerviosa.

-Eso me tiene muy pensativo, Kenna.

-¿Qué?

Asintió.

-Al principio lo comprendía porque creía que tenías novio, pero ahora no encuentro cual es tu excusa.

-¿Excusa de qué?

-De porqué aún no nos estamos besando.

Mi respiración se detuvo. Y mi boca se entreabrió por lo inesperado que sonó aquello. Parpadee, intentando detener las ganas de pellizcarme para asegurarme que no era un sueño.

Porque de ser así, no era como si quisiera despertar.

Lo vi morder su labio inferior levemente, en un gesto distraído. Lamí los míos y aquello solo provocó que mirara mi boca y la suya también se entreabriera.

Casi por inercia, y con el miedo de que me gritara que era una broma, me incliné con lentitud hacia él, viendo como cerraba los ojos, esperando a que terminara de acercarme. El agarre en mi cintura se presionó más, haciendo que un suspiro saliera de mi boca. Estaba a punto de tocar la suya, a milímetros, cuando la voz de mamá entrando a la habitación me hizo sobresaltar.

AlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora