𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏

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"LA ORDEN DEL FÉNIX, MENSA"

1 de agosto de 1995

DESDE QUE TENGO MEMORIA, LA MAGIA HA ESTADO EN MI VIDA. Ya sea, desde que mi padre me movía de un lado a otro con un movimiento de varita; o de mi hermano hechizando mis juguetes, solo porque no quería jugar conmigo. También de cuando demostré que no era una squib; sí, quizás mi padre tuvo que comprar un juego de vajillas nuevo, pero al menos no soy una squib.

Como sea, la magia siempre ha estado ahí. Y aunque llevó 5 años estudiando magia, se siente como la primera vez.

Actualmente estoy cursando mi 5to año en el colegio Hogwarts de magia y hechicería; el mismo al que asistieron, mis padres, mi hermano, mis tíos y toda mi familia. Estoy en Gryffindor, aunque el sombrero dudó si colocarme en Hufflepuff o Slytherin, aunque luego de un rato descartó ponerme en Hufflepuff porque dije: "Muévete estúpido sombrero, muero de hambre"; le dije que no me pusiera en Slytherin porque creía que habían muchos niños tontos. Así que terminé en Gryffindor.

En estos momentos, me dirijo con mi padre y mi hermano hacia el 12 de Grimmauld Place, dirección que mi padre me obligó a memorizar y no tengo ni idea del por qué. Simplemente me mandó a empacar todo lo que llevaría a Hogwarts, lo cual me aterrorizó porque se supone que falta 1 mes exacto para que empiecen las clases. Pero luego de un rato me dio un papel con esa dirección, así que supongo que hacía allá nos dirigimos.

- ¿Alguien podría explicarme qué está pasando?- dije mientras me inclinaba hacía adelante para poder hablar con mi padre y mi hermano, quiénes están en los asientos de piloto y copiloto de nuestro auto.- No entiendo nada.

- Esto es muy importante, Mia. Solo espera a que lleguemos y te explicaremos.- dijo mi hermano, Connor.

Simplemente bufé y me obligué a mi misma a ser paciente. 

- Hija, llegamos- dijo mi padre, Richard.-, ya verás.

De repente, una maltrecha puerta salió de la nada entre los números 11 y 13, y de inmediato aparecieron unas sucias paredes y mugrientas ventanas. Era como si, de pronto, se hubiera inflado una casa más, empujando las que tenía en ambos lados y apartándolas de su camino. El equipo de música en el número 11 seguía sonando. Por lo visto, los muggles que había dentro no habían notado nada.

"Típico de muggles" pensé.

- ¿Impresionada?- dijo mi padre, esperando alguna reacción de sorpresa de mi parte.

- Papá, vi a mi profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras transformarse en hombre lobo- dije palmeando su hombro-, ya nada puede sorprenderme.

Pasé por su lado, mientras escuchaba como suspiraba y decía algo como "adolescentes".

Subí por los desgastados escalones de piedra sin apartar los ojos de la puerta que acababa de materializarse. La pintura negra estaba estropeada y arañada, y la aldaba de plata tenía forma de serpiente retorcida. No había cerradura, ni buzón.

- Entra rápido, pequeña- me susurró mi hermano-, pero no te alejes demasiado y no toques nada.

Cruzamos el umbral y nos sumergimos en la casi total oscuridad entrando en el vestíbulo. Olía a humedad, polvo y a algo...¿Muerto?; la casa tenía toda la pinta de ser un edificio abandonado. Mi padre estaba en último escalón soltando las bolas de luz que el apagador había robado de las farolas: volvieron volando a sus bombillas y la plaza se iluminó, momentáneamente, con una luz naranja; entonces mi padre entro en la casa y cerró la puerta, y la oscuridad del vestíbulo volvió a ser total.

I JUST WANNA BE YOURS | Harry James Potter |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora