Enamorarse jamás había estado en los planes de Mia, pero todo eso cambió el día en que conoció al niño con la peculiar cicatriz de la que sus padres siempre le habían hablado. Harry jamás imaginó que una de sus mejores amigas sentiría lo mismo que é...
LA PALABRA PERFECTA PARA DEFINIR A HOGWARTS ERA: Caos.
Hechizos volaban y se estrellaban contra las paredes. Hermione y Susan habían encerrado a los menores en sus salas comunes con los hechizos de protección más fuertes que ambas conocían. Sin embargo, no pudieron evitar que los mayores de edad salieran a luchar. Todo el ED había salido a luchar, pero Mia había encerrado a Sarah en su habitación, luego de que la rubia menor gritara, peleara y mordiera a todos sólo para salir a luchar.
La marca tenebrosa se encontraba sobre el castillo, haciendo estremecer a más de uno. Mia peleaba contra un mortífago, con Eleonor y Hannah a sus espaldas.
―¡DESMAIO!― gritaron las chicas al unísono, derrotando a los mortífagos que las atacaban.
Las tres pudieron respirar aliviadas, para luego ir a ayudar a los demás.
Mia se preguntaba si Harry y Dumbledore habían regresado, en dónde estaría Draco y quién había invocado la marca tenebrosa. Escuchó pasos apresurados y giró. Una horda de mortífagos iba corriendo y vitoreando.
No observó a Draco entre sus filas, lo que supuso un gran alivio para la rubia, sin embargo, en primer plano pudo observar a Snape. Varios integrantes del ED corrieron a su lado, lanzando maldiciones contra los mortífagos. Observó como integrantes de la Orden del Fénix llegaban y atacaban a los seguidores del Señor Tenebroso, sin embargo pudo ver una cabellera azabache que se le hizo realmente familiar.
―¡HARRY!― gritó Mia, a través de las maldiciones. Corrió hasta él y se abalanzó a sus brazos notando como él se apoyaba en su hombro y su camisa se humedecía. Él estaba llorando.
―Dumbledore murió. Snape lo mató― dijo él en un murmuro. Mia no se dio cuenta de que en un momento, Harry ya no se encontraba a su lado. Caminó hasta la enfermería, ya que quizás alguien estaría allí.
Al entrar pudo observar a todos los miembros de la familia Weasley, alrededor de una camilla, entre tantas cabelleras pelirrojas no pudo observar cuál era la faltante, por lo cual sintió una punzada en el estómago. Al acercarse a la camilla pudo observar a Bill Weasley, con una herida en el rostro, muy parecida a las cicatrices que deja un hombre lobo.
―Bill...―soltó ella en medio de un suspiro, los pelirrojos hicieron un pequeño espacio para Mia, ya que era bastante apegada al pelirrojo mayor.
―¿Qué hay, rubiecita?― dijo él con dificultad, Bill había visto a Mia crecer, por lo cual se había convertido en una hermana para él.
―Oh, William, ¿quién te hizo esto?― cuestionó Izzy, sintiendo como las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
―Fue Ggeyback, ese hombge lobo no tuvo piedad de mi amado― respondió Fleur Delacour, quien además de ser una de las ex-campeonas del trágico torneo de los tres magos, era la prometida de Bill.
Isabelle se acercó al oído de Bill y dijo:―Me aseguraré de asesinar a ese bastardo.
―Oh, no, ni lo pienses, mini rubia― dijo Charlie Weasley con una expresión divertida en el rostro.
Luego de charlar un rato con los gemelos, Mia pudo observar como los integrantes de la Orden y del ED llegaban al mismo tiempo a la enfermería. Izzy rápidamente corrió hacia su hermano, quien no había dudado en luchar por su ex-escuela. A su lado, Leah Lovegood, sonreía y extendía sus brazos hacia ella, Connor y ella habían formalizado su relación meses antes, y Mia tenía fe de que próximamente, tendría una linda cuñada.
Observó a Hermione y Ron, tomados de la mano y entrando al área de cuidados, se acercó rápidamente a ellos y los abrazó con todas sus fuerzas. Eran sus hermanos, y estaba realmente agradecida con ellos.
Minutos después, Hagrid, la profesora McGonagall y Harry entraron a la habitación. Harry fue recibido por sus padres, quiénes revisaron su rostro en busca de alguna herida y abrazaron a su hijo. Luego de un rato, el menor de los Potter fue liberado de sus progenitores y Mia corrió hasta él y se abalanzó nuevamente a sus brazos, siendo recibida inmediatamente.
―Tuve demasiado miedo, Izzy― susurró él, conmocionado.
―No pasa nada, James. Estoy aquí contigo― le dijo ella mientras le acariciaba la espalda.
Todos observaron la escena conmocionados y abrumados por la reciente batalla que se había llevado a cabo.
―Dumbledore...murió...― dijo la profesora McGonagall luego de varios minutos de silencio. Todos en la habitación bajaron sus cabezas, apesadumbrados. El director había muerto.
―Dumby está...tieso― dijo Eleonor, para luego ser golpeada en las costillas por Ginny, que sostenía la mano de Noah.
Fred abrazó fuertemente a Michelle, quien no pudo contener las lágrimas al escuchar esa noticia. Los merodeadores observaron como la profesora McGonagall soltaba algunas lágrimas silenciosas.
Harry y Mia seguían abrazados, sin soltarse por un segundo. Se les recomendó descansar; mientras que los de la Orden y los Weasley's usaban las chimeneas del colegio para viajar a sus hogares, Izzy y Harry caminaron apenados hasta su sala común. Al llegar, la mayoría de Gryffindor's se encontraba fuera de sus habitaciones, observando a la pareja cuando entraron a la sala. Sarah corrió hasta los recién llegados y los abrazó con todas sus fuerzas.
Nadie dijo ni una palabra, sino fue hasta que todos empezaron a caminar a sus habitaciones cuando Harry colocó un pequeño collar en el regazo de Hermione, que leyó en voz alta:―Para el Señor Tenebroso, ya sé que moriré mucho antes de que lean esto, pero quiero que sepan que fui yo quien descubrió su secreto. He robado el horrocrux auténtico y lo destruiré en cuanto pueda. Afrontaré la muerte con la esperanza de que, cuando encuentren la horma de su zapato vuelva a ser mortal. R.A.B.
Claramente, eso no era un horrocrux, habían ido allí por nada y ahí, bajo la marca tenebrosa, Dumbledore había muerto, con los aullidos de Fang de fondo.
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