I JUST WANNA BE YOURS | Harry James Potter |

𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟔

"𝐴𝑑𝑖𝑜́𝑠, 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒"

NARRADOR OMNISCIENTE:

─Eso ha sido lo más extraño y genial que he hecho.─ dijo Ron cuando llegaron al ministerio. 

─Totalmente de acuerdo.─ dijo Eleonor.

─¿Ahora que hacemos?─ dijo Neville.

─Por aquí.─ dijo Harry, mientras los demás lo seguían. Mia sabía que se dirigían a la cabina telefónica de la entrada de visitantes, ya que había visitado a su padre más de una vez cuando aún no entraba a Hogwarts.

Harry abrió la puerta y entró, seguido de Isabelle.

Los demás entraron y se hicieron lugar como pudieron. 

"Parecemos sardinas en lata" pensó Eleonor.

─¡El que esté más cerca del teléfono que marque: seis, dos, cuatro, cuatro, dos!─ ordenó el azabache. Ron, al ser él más cercano, marcó con dificultad el número que Harry le había ordenado.

Una fría voz femenina dentro de la cabina dijo:─Bienvenidos al ministerio de magia. Por favor diga su nombre y el motivo de su visita.

Antes de que Harry pudiera hablar, Mia lo interrumpió. Tenía pensado cambiar los nombres de todos y cambiarlos por unos más divertidos, solo para aligerar la tensión.

─El cara rajada, la rubia bonita, Hermione "libritos" Granger, cabeza de zanahoria 1, cabeza de zanahoria 2, Neville chiquitín, Eleonor Nott y Lunita...Hemos venido a salvar a una persona.

─Gracias por tu cariño, Mia. O debería decirte...¿rubia bonita?─ dijo Ginny sarcásticamente.

Mia rió suavemente y escucharon nuevamente la voz de la cabina, que dijo:─Gracias.─ replicó la voz.─ Visitantes, recojan las chapas y colóquenselas en un lugar visible en su ropa.

Ocho chapas se deslizaron por la rendija. Hermione le pasó las suyas a Harry y Mia.

«La rubia bonita, misión de rescate»

─La guardaré como recuerdo de mi primera misión de rescate.─ dijo una emocionada, pero asustada, Mia.

Después de un chequeo y un registro de varitas, pudieron descender hasta el ministerio.

El descenso en la cabina fue silencioso, hasta que un sonido un tanto extraño interrumpió el silencio.

─¿Eso fue un...?─ empezó Ginny.

─Si, estoy seguro de que eso fue un...─ siguió Neville.

─¡QUE ASCO RONALD BILLIUS!─ finalizó Mia.

─¡Lo siento, en momentos así se me afloja el estómago!─ dijo el culpable del mal olor.

Entre quejas y sonidos de asco, siguieron descendiendo.

─El ministerio de magia les desea buenas noches.─ dijo la voz de la cabina antes de abrir sus puertas.

─¡Aire fresco!─ dijo Eleonor dramáticamente, al mismo tiempo tomaba una bocanada de aire exagerada. Mientras que Luna solo agitaba su mano frente a su nariz.

─Vamos.─ dijo Harry, que guiaba a los demás.

Se dirigieron a los ascensores. El azabache presionó un botón y esperaron pacientemente, a excepción del chico de la cicatriz) a que llegara. Las rejas doradas se abrieron de par en par y todos entraron al ascensor. Hermione, que se encontraba cerca del panel de botones, presionó el nueve; número que Harry le había ordenado tocar. Lentamente, el ascensor empezó a descender, traqueteando y tintineando.