Enamorarse jamás había estado en los planes de Mia, pero todo eso cambió el día en que conoció al niño con la peculiar cicatriz de la que sus padres siempre le habían hablado. Harry jamás imaginó que una de sus mejores amigas sentiría lo mismo que é...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Habían pasado varios días desde la noche del club de las eminencias.
Varios días en los que Harry había estado durmiendo conmigo.
Probablemente le rogaría a Hermione que me regalara su habitación de prefecta para dormir con Harry todos los días.
Después de tres noches, volví a mi habitación. Con Hermione, habíamos hablado con Minnie, que había expulsado a Marcus Belby. Realmente estaba agradecida con Merlín y todos los dioses.
Y aunque la noticia se había regado por todo el colegio, volví a mis clases y a mis actividades comunes. Había decidido seguir con la cabeza en alto. Yo era una Jones y los Jones jamás se dan por vencidos.
Caminé por los pasillos del castillo, con una pequeña sonrisa en mi rostro. Vislumbré a Luna con un sombrero de león, que era bastante genial a mi parecer.
─¡Hola, Mia! ¿Cómo estás?─ preguntó la rubia con su soñadora voz.
─Hola, Lu. Estoy muy bien, gracias por preocuparte.─ respondí.─¿Te diriges al comedor?
Ella asintió con la cabeza y decidí acompañarla. Hoy era el cuarto partido de Quidditch de la temporada y el enfrentamiento sería Slytherin vs. Gryffindor.
Caminamos por los pasillos, charlando animadamente.
Entramos al comedor y noté como muchos animaban a Harry y al equipo de Gryffindor. Luna decidió ir a charlar con algunos chicos de Hufflepuff.
─¡TU PUEDES, HARRY!
─¡Larga vida al capitán!─ gritó Ginny, levantando el brazo de Harry y corriendo por las mesas del comedor.
Esos eran pocos de los muchos vítores hacia mi novio, aunque la mayoría eran voces de chicas, no le presté atención y decidí colocarme al lado de Harry, que aún no notaba mi presencia. Coloqué mi dedo índice en mis labios, pidiéndole a Hermione y Ron que no dijeran nada.
─Hola, señor capitán. ¿Estás solo?─ dije fingiendo una voz chillona.
─Ah, hola, no estoy disponible. Tengo una novia muy hermosa que sé que está detrás de mi.─ dijo él girando para verme.
─¡Eso es injusto!─ dije cruzándome de brazos y haciendo un puchero.
Él rió y tomó mi mano suavemente para sentarme a su lado.
─Ron, te amo. Pero debo decirlo...te ves horrible.─ dije a mi mejor amigo.
─Gracias por tu apoyo.─ dijo él, sarcásticamente.
Harry rió y vio a Ron preocupado.
─No ha desayunado, pero tengo una idea increíble. Solo sígueme la corriente.─ dijo Harry en mi oído.
