Enamorarse jamás había estado en los planes de Mia, pero todo eso cambió el día en que conoció al niño con la peculiar cicatriz de la que sus padres siempre le habían hablado. Harry jamás imaginó que una de sus mejores amigas sentiría lo mismo que é...
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─Piensen en un poderoso recuerdo, el más feliz que tengan─ dijo Harry mientras se paseaba por la habitación. Estábamos en la nueva reunión del ED, practicando el encantamiento patronus.─ ¡Ustedes pueden hacerlo!
»Un patronus de cuerpo completo es más complicado de invocar, pero su forma de escudo puede ser igual de fuerte.
De a poco, algunos lograban realizar sus patronus. Ginny tenía un caballo, Luna una liebre, Herms una nutria, Ron un Jack Rusell Terrier y Eleonor un erizo.
Estaba frustrada, todos tenían sus patronus...¡pero yo no!
─Maldita sea mi memoria de vieja.─ murmuré, pero Harry logró escucharme al pasar a mi costado.
─Wow, wow ¿Qué pasa, fiera?─ dijo el, divertido.
Le dediqué una mala mirada y dije:─Es el maldito patronus. ¡No puedo hacerlo!─ refuté haciendo un puchero.
Harry pellizcó mi mejilla y suspiró.
─Piensa en el recuerdo más genial que tengas; el que más feliz te haga. Recuerda lo mejor que te ha pasado y concéntrate.
Asentí con la cabeza y el besó mi sien, para luego seguir dando algunas vueltas por la sala. Cerré mis ojos para recordar todo aquello que me hacía feliz.
Recordé a mi papá. Nuestras noches de karaoke muggle.
A mi hermano. Jugando al Quidditch durante horas.
A Herms. Nuestros ratos en la sala común, riendo de cualquier cosa.
A los Weasley, que me acogían en su casa todos los días.
Recordé a Eleonor, haciéndome reír con sus raras anécdotas.
A Cho, Susan y Hannah. Que me apoyaron incondicionalmente.
Recordé mi primer beso con Harry, que despertó los dragones en mi estómago.
Y el mejor de todos, recordé a mi mamá. Que me amo hasta el final de sus días.
Sonreí y abrí mis ojos, para pronunciar:─¡Expecto Patronum!
Al momento en que realicé el movimiento con mi varita, un dragón salió de ésta, para luego volar a mi alrededor y dar unas cuantas vueltas por toda la sala de menesteres.
─¡Wow, Mia! ¡Tu patronus es increíble!─ dijo Dean Thomas, que se encontraba al otro lado de la sala.
Reí al ver como mi patronus se colaba entre todos. Harry se acercó a mi con una sonrisa y besó mi cabello.
