I JUST WANNA BE YOURS | Harry James Potter |

𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒𝟔

"KATIE IS BACK, AND THEN SOME"

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―¿QUE VAS A HACER QUÉ CON DUMBLEDORE?― cuestiono Mia, preocupada. Harry les había hablado sobre lo sucedido con Slughorn, el recuerdo recuperado y la misión que tendría con Dumbledore. Además de contarles sobre los Horrocruxes, y que debían ser destruidos.

―Wow― exclamó Ron embelesado, mientras agitaba su varita apuntando al techo sin prestar mucha atención―. Wow, vas a ir con Dumbledore...para destruir...¡Wow!

―Ron, estás haciendo que caiga nieve― le advirtió Hermione con paciencia, y le desvió la varita que apuntaba al techo, del que empezaban a caer copos blancos y gruesos.

Después de la clase de Encantamientos, los cuatro amigos tenían unas escasas horas libres que coincidían y se dirigieron a la sala común. A Ron se le veía más contento después de haber cortado con Lavender, y se le veía mucho más junto a Hermione, quien también se veía bastante feliz.

Cuando llegaron a la sala común, se llevaron la sorpresa de que Katie Bell había regresado.

―¡Katie! ¡Haz vuelto! ¿Cómo te encuentras?― dijo Mia, luego de darle un cariñoso abrazo a la recién llegada.

―¡Sí, estoy muy bien!― contestó ella, muy contenta―. El lunes me dejaron salir de San Mungo. Pasé un par de días con mis padres y esta mañana he regresado. Leanne me estaba contando lo de McLaggen y el último partido, Harry...

―Ya. Bueno, ahora que haz vuelto y Ron ya está recuperado, tenemos posibilidades de ganarle a Ravenclaw y ganar la copa― mencionó el azabache.

Harry se veía más feliz después de los entrenamientos de Quidditch. Quizás, Gryffindor volvería a tener gloria ese año.

Unas horas más tarde, Mia caminaba por los corredores, luego de una linda tarde en la sala común de Ravenclaw, junto a Susan. Últimamente la pelirroja y la rubia se habían vuelto unidas, ya que ambas disfrutaban de molestar a Eleonor, ya que la morena se había vuelto una más del grupo de las enamoradas. 

Caminaba tranquilamente hasta que escuchó sollozos, lo que la hizo detenerse. Creyó que era Myrtle la llorona, así que decidió que sería mejor charlar con ella. Sin embargo, se llevó tremenda sorpresa al observar a Draco Malfoy de pie, de espaldas a la puerta, apoyándose con ambas manos en el lavabo y con su cabeza rubia agachada.

―No llores, no llores― canturreaba Myrtle―. Yo puedo ayudarte, dime qué te pasa...

―Tú no puedes ayudarme― sollozaba Draco―...Nadie puede hacerlo, él me matará.

Mia caminó un poco más, hasta verse reflejada en el espejo del lavabo en el que se encontraba el platinado.

―¿Qué quieres, Jones? ¡Vete!― espetó sin moverse. Mia trataba de encontrar las palabras indicadas para consolar a Malfoy, mientras que dejaba su mochila en el suelo. Inmediatamente, Draco se puso alerta.

―Sólo quiero ayudarte― dijo Isabelle suavemente, mientras con cautela daba pequeños pasos.

―¡NO PUEDES AYUDARME, NADIE PUEDE NI QUIERE!― gritó él, mientras Izzy se sobresaltaba y respiraba un poco.

―Yo quiero ayudarte, Draco. Déjame ayudarte, por favor― suplicó ella, con paciencia.

―Aléjate de mi, Jones― advirtió el platinado, pero no hizo ningún movimiento cuando Mia llegó hasta él.