Enamorarse jamás había estado en los planes de Mia, pero todo eso cambió el día en que conoció al niño con la peculiar cicatriz de la que sus padres siempre le habían hablado. Harry jamás imaginó que una de sus mejores amigas sentiría lo mismo que é...
LA VICTORIA DE LA FINAL DE QUIDDITCH PARA LOS Gryffindor's había sido una locura, se llevó a cabo una fiesta enorme en la sala común que duró todo un día y no había nada que borrara la sonrisa en los rostros de los miembros de la casa de los leones.
Mia y Harry habían ayudado a Draco con el armario evanescente y Draco había logrado comunicarse con su madre sin que ningún mortífago lo supiera. Narcissa había salido de la mansión Malfoy en rumbo al hogar de Andrómeda, quien con mucho gusto había recibido a su hermana.
Harry y Mia rondaban por los pasillos del colegio, cuando un alumno de Hufflepuff le entregó al azabache un pergamino.
―Es del profesor Dumbledore.
Mia observó a su novio sin olvidar su misión con el director del colegio.
―¿Acaso es...?
―No lo sé― suspiró Harry, mientras guardaba el pergamino en los bolsillos de su pantalón―. Creo que tendré que ir a averiguarlo.
―Muy bien, iré a ver a Draco― dijo Mia mientras ambos observaban el cielo, que empezaba a llenarse de colores grisáceos, indicando que comenzaría a llover en cualquier momento.
Se dieron un pequeño beso y tomaron caminos separados, Izzy llegó al séptimo piso y caminó tres veces frente al tapiz. Miró a ambos lados y abrió la puerta, se encontró con la misma sala de otras veces.
―¡Draco! ¿Estás aquí?― exclamó la rubia tratando de localizarlo.
―¡Isabelle!― gritó el platinado sorprendiéndola por la espalda― ¡Está listo, lo terminé hace unos minutos!
Ella sonrió aliviada y soltó el aire que contenía en sus pulmones. Ambos se sonrieron y se dieron un abrazo fraternal en el que ambos disfrutaron de la compañía mutua que se tenían.
―Los mortífagos entrarán en unas horas, necesito que todos se mantengan a salvo, tú, Harry, Heather― dijo, mientras su tono bajaba un poco al decir el nombre de su novia. Ella no sabía nada acerca de la ayuda de Harry hacia su novio, sin embargo, Mia le había prometido a Draco que mantendría a su prima a salvo.
―Vamos a estar a salvo, Draco, tranquilo. Todo va de acuerdo al plan― comentó ella mientras tomaba su mano reconfortándolo.
―Gracias por...salvarme, Mia― agradeció el platinado.
―Eso es lo bueno de la caída libre, Draco, le das la oportunidad a tus amigos de atraparte― dijo ella.
Él rió y murmuró:―Cuídate, Jones.
―Igual tú, Malfoy.
Y con eso salió de la sala de menesteres.
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MIA CAMINABA ANSIOSA POR LA SALA COMÚN, mientras que Ron y Hermione la observaban. El pelirrojo iba a abrir la boca para hablar cuando Harry entró por la puerta de la sala.
―Sí, estoy bien― contestó el azabache, pero pasó a su lado sin detenerse. Mia se quedó quieta y miró preocupada por donde Harry había ido, hasta que escuchó unos pasos volver desde las escaleras―. No puedo entretenerme, Dumbledore cree que vine a buscar mi capa invisible. Escuchen...
Les explicó rápidamente adónde iba y por qué. Hizo caso omiso a los jadeos sorprendidos de Hermione y a las preguntas atolondradas de Ron; más tarde se enterarían de todo.
―¿Entienden lo qué significa eso? Dumbledore no estará en el colegio esta noche, de modo que Malfoy va a tener vía libre para llevar a cabo lo que está tramando― compartió una mirada significativa con Mia, que asintió con la cabeza, mientras que él sacaba un pergamino de su bolsillo y lo entregaba a su novia―. Toma el mapa, Izzy. Tienen que vigilarlo, y a Snape también. Que les ayuden los del ED, utilicen los galeones embrujados. Dumbledore dice que ha organizado medidas de seguridad excepcionales en el colegio, pero sí Snape está implicado, debe conocer que clase de protección es y cómo burlarla. Pero no se imagina que ustedes estarán montando guardia― dijo todo eso rápidamente y entregó una pequeña botella a la rubia―. Bebanlo, es el Felix Felicis.
―Tú toma la poción― dijo Ron decidido.
―Yo estaré con Dumbledore, nada me pasará. En cambio, necesito saber que ustedes estarán bien.
Mia soltó un suspiro tembloroso, para luego sentir los labios de Harry sobre los suyos, fue un beso suave, pero que se interpretó como una despedida.
―Te amo como a nadie, por favor, cuídate; no puedo perder a la razón de mi existencia― susurró Harry a la rubia.
―Te amo, James― dijo ella abrazándolo y acercándose al oído de Harry para susurrar:―Todo va de acuerdo al plan en cuanto a Draco.
Él asintió y besó una vez más sus labios para luego decir:―La amo, futura señorita Potter.
Ella rió mientras observaba como su novio abrazaba cortamente a sus amigos y salía corriendo de la sala común.
―Bien, que comience la acción― dijo Izzy mientras extendía el frasco a sus amigos―. Tomen un sorbo. Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas― añadió mientras apuntaba el trozo de pergamino con su varita.
El mapa del castillo apareció frente a sus ojos y observó como las huellas con los nombres de Harry y Dumbledore desaparecían. No había mucha gente en los pasillos, más que algunos profesores y prefectos. Quitó su mirada del mapa y observó a sus amigos, para luego aceptar la pequeña botella que Hermione le ofrecía y tomaba hasta la última gota del Vial.
―Bien. Debemos estar seguros de que todos están en sus salas comunes. Avisaremos a la Orden del Fénix, y a los profesores, ¿Tienes los galeones del ED, Hermione? Llámalos, necesitaremos apoyo.
―Cada día suenas más como Harry― dijo Hermione con diversión.
―Cien por ciento halagada, cero por ciento ofendida.
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estoy modo: abdjdkjhoewhhoi
AAAAAAAAAAAAAAA, ya se va a acabar este acto, lloro
