Capitulo 6

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PABLO

Ligeramente preocupado le hago esa pregunta y luego la veo poner los ojos en blanco y después de haber resoplado fuertemente ella hace espacio entrando a la casa sin siquiera mi permiso, finalmente sentándose en el sofá y colocando a la niña decentemente en sus brazos.

-Trae una manta abrigada. ¡Me temo que Jazmín se enfriará!

-¿Eh?

Conmocionado al máximo por su indiferencia, empujo la puerta, la cierro de un golpe seco, acercándome en busca de explicaciones válidas.

-¿Me podes explicar qué haces aquí en mi casa con una niña, incluso dándome órdenes?

Marizza con una sonrisa falsa- Si estás pensando en un secuestro, tengo que decirte "No, yo no la secuestré". Si tal vez me das algún abrigo para ella, ¡te lo puedo explicar todo!

-¡Ciertamente no te acusé de secuestro querida!

-¡Oh, pero apuesto a que pensaste eso incluso por un solo segundo!- dice con una sonrisa falsa

Suspiro profundamente tratando de mantener un firme autocontrol mientras agarro la primera cosa abrigada que pasa en mis manos para finalmente entregársela y sentarme a su lado inspeccionando con mis ojos a esta pequeña niña nunca antes vista.

-Aquí tienes- digo molesto

Marizza agarrando el objeto- ¿Y crees que debería cubrir a la niña con una de tus chaquetas?- dice conmocionada Dios mío, ¿¡de qué mundo eres !?

Volviendo a poner los ojos en blanco, acepto lo mismo para envolver al bebé, como si no estuviera ya de la cabeza a los pies, con mi cálida chaqueta de otoño.

-¿No crees que la estás asfixiando cubierta de todas estas cosas?

-¿Por qué no intentas salir por esa puerta? ¡En mi opinión, aligeras tus ideas de una manera excepcional!- luego volteó su mirada hacia la niña- ¡Hace mucho frío!

Levanta a la pequeña lo suficiente colocándola suavemente en el asiento del sofá mientras ella se arrodilla junto a ella para acariciar suavemente a la pequeña que poco a poco tiende a dormirse nuevamente gracias al calor.

-¿Quieres ... algo que ... te caliente?

Lentamente levanta la mirada levantando la cabeza mientras yo estoy sentado en el sofá a diferencia de ella, dirigiéndome a esos amados ojos grandes y finalmente dejándola sin palabras debido a mi interés.

Marizza pellizcando su labio inferior- Se hace extraño sentir un mínimo de preocupación por mí de parte tuya ..

Aparto la mirada y aprieto los puños en secreto tratando de contener las palabras que podrían herirla más.

Ella ya ha soportado un duelo y aunque el deseo de hacerla sufrir porque siempre fue así entre nosotros, decido callarme por primera vez.

-Te haré un chocolate caliente.

Sin añadir nada más, me levanto del sofá y me dirijo a la cocina, afortunadamente encuentro al menos una bolsa de cacao lista inmediatamente después.

Echo el contenido de la cacerola en una taza, incapaz de no pensar quién es esa niña y por qué vino directamente a mí.

Suspiro y entrecierro los ojos por solo unos segundos, para poner mi cabeza en orden, agarro la taza y camino silenciosamente hacia la sala entregándoselo de la mejor manera posible.

-Aquí tienes. Espero que sea bueno. No sé cuánto tiempo había estado en el armario- dije insinuando una risa

Marizza olfateándola- ¿Estás buscando una manera de matarme?

DAME TU CALOR.....SWEET BABYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora