Maraton Crucero 11/X

278 21 2
                                    

MARIZZA

-Si buscas tacones los pongo cerca de la ventana- dice riendo- ¡De esas cosas salió un olor extraño!

-¡Eres un completo idiota! ¡Pero si nunca los uso!

Los tomo y los huelo instintivamente, sin sentir ningún tipo de olor

Pablo riendo- ¡Jaja te la creíste querida!

Le tiro un tacón que lamentablemente logra esquivar.

-¿Estás loca? Oh claro que si ... siempre lo olvido

-Oh .. no ... Se me escapó de repente .. Ups ..- digo encogiéndose de hombros- ¿Sucede verdad?

Así seguimos rompiendo el hielo entre nosotros, aunque por momentos me cuesta hacerlo ya que hace unos minutos se declaró de nuevo pronunciando palabras para derretir todo un glaciar.

Pero, lamentablemente, no pudo derivar el muro creado por mi orgullo.

Finalmente hemos llegado al comedor, una inmensa sala en la que se encuentran innumerables mesas de los correspondientes pasajeros.

Las voces, la risa y la música lo gobiernan todo mientras Pablo y yo nos dirigimos hacia la mesa que nos indica uno de los muchos camareros.

El ambiente es agradable y muy refinado, al igual que el resto del barco, y para hacer todo más fascinante está la mini orquesta destacada en un escenario.

-Con su permiso- el mesero me acompaña a la sesión como un verdadero caballero mientras Pablo se sienta sin siquiera agradecer al camarero que, tras mi “gracias”, se va sonriendo.

-Podrías haberle dado las gracias a ese pobre muchacho, ¿no crees?

-¿Por qué tengo que agradecerle si no me hizo nada? Después de todo, fue a ti quien ayudó a sentarse.

-¿No estarás haciendo un espectáculo de celos?- digo entrecerrando los ojos en dos rendijas- ¡Me dijiste tus sentimientos, pero no quiere decir con eso que estemos juntos! Así que sin celos, ¿ok?

Él resopla mirando hacia otro lado, alejádo de nosotros, mientras yo sigo sintiéndome incómoda en medio de este grupo de dandi.

-Cuánta gente miserable puede existir en este mundo- digo fastidiada

Apoyo los codos en la mesa y empiezo a pinchar el pan con los dedos.

-¡Qué repugnante Marizza! Actúas como una niña.

-¿Qué estoy haciendo de raro?- digo confundida

-¡No juegues con ese pobre pan con tus manos!- dice disgustado

-¡Qué aburrido eres!

Resoplé y finalmente puse mi cara malhumorada en una mano, esperando que llegara el maldito menú,  clavando mi vista en el mantel.

-¿Cuántos tenedores de mierda ponen en el restaurante?- digi molesta

¿Puedo saber algo? ¿Has estado alguna vez en un restaurante?- pone los ojos en blancos fastidiado

-A diferencia de ti que te la pasas allí todas las noches, no ... yo no lo frecuento todos los días- finjo una sonrisa, finalmente colocando uno de los muchos tenedores en la mesa después de haberlo hecho girar en mi mano.

-¿Todavía no entiendo como me enamoré de ti?- dice sacudiendo la cabeza- ¡Me habrás embrujado de alguna manera!

-¡Ja, ja, ja ...!- me río sarcásticamente

-¡Aquí está él vino de alta calidad que pudieron!- el camarero aparece de repente trayendo una cubeta de hielo en el que se sumerge una botella de buen vino.

DAME TU CALOR.....SWEET BABYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora