Capitulo 17

465 28 1
                                    

PABLO

En el coche están mis cajas y al ver todas estas cosas de Marizza se me ocurre la idea de cargarlas en el coche, para no olvidarme del cochecito para llevar a casa, ya que ayer lo olvidamos por la media pelea.

Pero pensando en esto, automáticamente me viene a la mente la escena de anoche.

Flashback

-Hemos llegado.

Sin contestarme, se baja del auto, después de haberse acercado a la acera, y en cuanto toma a la pequeña en sus brazos de la manera más delicada posible, evitando despertarla, cierra la puerta del auto en el camino de entrada de la calle.

Se va a la casa sin siquiera dirigirme una palabra.

Golpeando el volante- ¡Dios mío, dame paciencia!

Tomando una respiración profunda "llena" de resistencia, salgo rápidamente del auto, interrumpiendo su caminata, pero continúa dándome la espalda.

Apretando los puños- Mañana por la mañana nos prepararemos para que por la tarde podamos llevar lo imprescindible al apartamento de Luján y Marcos.

-Esta bien- me dice fría

-¿Tengo que ... - trago mi bronca- Venir a buscarte?

-¡No es necesario!- dice secamente- Vivir juntos no significa que nuestro vínculo de amistad vaya a aumentar, al contrario ... no se moverá ni un milímetro. Sí ... estaremos en la misma casa ... pero, es como si no existieras. Ok. Estarás por tu cuenta ... y yo por mi cuenta. ¡No quiero que Jaz acabe en un orfanato por tu culpa!

Fin del flashback

Estoy seguro que en cuanto despierte se convertirá en una fiera si me ve frente a sus ojos, a pesar de haberme advertido, y por eso comprendo de inmediato la señal que Dios me envió, ya que entré a esta casa recién, cuando estaba durmiendo.

Me arrodillo frente a su rostro, sintiendo, sin ningún problema, su respiración profunda y observándola intensamente, casi en mí, crece un deseo loco de tocar esas dos rosas que están en lugar de los labios, que no han estado en contacto desde hace mucho, mucho tiempo con los míos ahora desprovisto de emociones.

Cierro los ojos, aprieto los puños tratando de obligar a mis piernas a levantarse y alejarme de esta tentación casi irresistible.

-Recupera tus sentidos Pablo ..- susurro

Animándome a mí mismo, me acerco a la caja más grande en el suelo cerca del pasillo, y veo un extraño destello en el interior.

-¿Y qué es eso?

Tan curioso como soy por ver qué es, primero miro a mi alrededor, asegurándome de que no se ha despertado, y luego alcanzo el fondo de la caja y agarro lo que parece una pequeña foto plastificada y una vez la traigo frente a mi.

Abro bien los ojos  dilatado las pupilas de la incredulidad.

-¿Por qué ... esta foto otra vez?- digo susurrando

Me quedo completamente sin palabras al darme cuenta de que, después de todo lo ocurrido, ella sigue guardando esta foto en la que los dos estábamos tomados de la mano y sonriendo profundamente y mirándonos intensamente ansiosos, en ese momento, de terminar el ensayo matutino de el concierto para luego pasar un buen rato en la nueva ciudad divirtiéndonos como locos y sobre todo enamorados como dos adolescentes.

Sonrío ante el recuerdo de esos momentos inolvidables ... pero en cuanto escucho gemidos provenientes de la sala de estar arrojo la foto de regreso a la caja pero sin tener tiempo para reaccionar, siento sus pasos viniendo hacia mí, sin poder fingir no haber encontrando nunca esto en la caja, decido afrontarla actuando como si no hubiera visto nada.

-¿Qué haces aquí?

Con voz somnolienta y aire descuidado, hace esta pregunta mientras bosteza y se frota un ojo.

-Buen día ..- digo conteniendo la risa- ¿Dormiste bien?

-No es fácil para ti hablar en serio, ¿verdad?

Resoplando, pasa a mi lado y se dirige a la cocina donde bebe un vaso de agua fresca.

-Hace mucho calor afuera .. ¿Podrías dárme un vaso de agua amablemente también?- le digo forzando una sonrisa

Marizza mirándome- ¡Ni siquiera deberías estar aquí! Te lo dije anoche, ¿recuerdas?

-Sí ... lo recuerdo. Es solo que olvidaste el cochecito en el maletero, así que pensé en traerlo para que no cargues con el peso de la bebé

Marizza fingiendo una sonrisa- Oh sí, ¿de verdad has aprendido a pensar? Es amable de tu parte.

Me alcanza de nuevo entrando en la sala de estar todavía con el vaso de agua en la mano, siguiéndola instintivamente.

-¿Dejarás de seguirme como a un perro?- dice  sentándose en el sofá- Me encantaría que no fuera así...

-¿Puedes ser un poco más amable?- le digo molesto- ¡Me pones los nervios de punta!

Marizza sonriendo- ¡Estoy tan feliz! Eso es música para mis oídos.

Suspirando- ¿Dónde está Jaz? ¿Ya está lista? La camioneta llegará pronto.

Marizza sin calcularme- ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

Mira su vaso sin mirarme.

Mintiendo- Recién ... llegué aquí. ¿Por qué?

Marizza levantando la cabeza- Por nada ..

Por primera vez me muestra un atisbo de una sonrisa real y para interrumpir este momento embarazoso está Mia con la bebé en brazos.

-¡Aquí estamos!- luego mirando a Marizza- Oh, ¿te despertaste?- dice sonriendo- ¿Listos para ir al nuevo hogar?

Nos hace esa pregunta, escupiendo la alegría por todos sus poros mientras Marizza y yo nos miramos unos segundos sin transmitir ningún tipo de emoción y tras colocar el vaso vacío en la mesa del sofá se levanta para arreglar su ropa.

-Estoy lista.

Ella me mira con curiosidad por escuchar mi respuesta.

Es como si nos hubieran enviado un desafío, el de "¿quién sobrevivirá a esta nueva aventura?

Bueno, mi respuesta es ciertamente "yo"

-¡Yo también estoy listo!

Y habiendo dicho eso, creamos una subespecie de sonrisa satisfecha dándonos cuenta sobre la marcha de que hemos aceptado el desafío desconocido para nuestras personas.

¡Será divertido!
















Continuará....

DAME TU CALOR.....SWEET BABYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora