Capítulo 7

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El día siguiente le pasé entero interaccionando con los chicos, los vi bailar en la sala de baile, comí con ellos y charlamos sobre la gira, no tarde mucho en enamorarme de ese grupo. A la mañana siguiente los chicos se marcharon a varios eventos que tenían programados y yo me reuní con la señora Han para enseñarle todo lo que había conseguido cerrar esas noches, estaba realmente sorprendida con mi eficacia y es que yo cuando me pongo a hacer algo lo tengo que hacer perfecto. Esa noche comenzaría a gestionar lo de Nueva York y la siguiente parada, que sería México.

- Veo que tienen libre diez días entre el concierto de México y el de Brasil ¿Volvemos esa semana a Corea? – pregunté curiosa.

- La mayor parte vuelve esos diez días, pero habíamos pensado prepararles a ellos un descanso en algún resort de playa, aunque no es fácil conseguir algo discreto y exclusivo – vaya pues para eso yo tenía una solución magnifica.

- Yo conozco un resort en Rivera Maya, es exclusivo y muy discreto, lo suelen usar las celebridades, el entorno está muy protegido y el personal tiene prohibido los dispositivos electrónicos y firman acuerdos de confidencialidad – le dije entusiasmada sin darme cuenta de que no era muy normal conocer algo así a no ser que te movieras en ese círculo.

- ¿Podrías conseguirnos eso? – preguntó sorprendida y complacida.

- Si, gestioné unos eventos para el dueño y me debe un favor – en realidad el dueño de aquel resort era mi padre.

- ¡Fantástico! Has resultado ser un diamante en bruto – dicho aquello, dimos por finalizada la reunión y al salir del edificio me encontré con JK que me saludó con la mano.

- No he tenido ocasión de hablar mucho contigo – le dije. Pese a sus tatuajes y piercing era bastante tímido.

- Tendremos mucho tiempo en estos próximos once meses, incluso podrías darme clases de español por cierto ¿Puedo llamarte noona? – me preguntó de improviso.

- Claro, no hay ningún problema, soy siete años mayor que tú – le dije contenta, estaba deseando ganarme la confianza de los chicos.

- Vamos ya para casa, puedes venir en nuestro coche – vaya... todo un detalle, pero aquel día había quedado con Nanna, tenía que recoger comida que me había hecho ya que yo era una negada en la cocina.

- Voy a pasar por casa de mi niñera – dije sin darme cuenta.

- ¿Niñera? – preguntó extrañado.

- Uy es que hay veces que confundo términos, disculpa, quería decir que voy a pasar por casa de mi suegra a por comida que me tiene preparada – aclaré.

- No hay ningún problema, podemos llevarte – no había motivo para discutírselo. Me venía bien y se estaba ofreciendo.

Pensé que estaría el manager esperando con la furgoneta, pero no, estaba Jimin con las llaves de un coche negro.

- ¿Y los demás? – pregunté cuando Jimin levantó la cabeza sorprendido al verme – no quiero ser una molestia.

- Los demás se fueron hace unas horas, nosotros teníamos asuntos que atender, no te preocupes no es molestia – dijo JK con una bonita y sincera sonrisa – Hyung, vamos a acercar a noona a casa de su suegra – le explicó cuando nos acercamos a él.

- ¿Noona? – preguntó él alzando una ceja en mi dirección.

- No la importa que la llamemos así – comentó desenfadado. En realidad no me importaba que me llamara así él, pero para mí tenía otro carácter diferente cuando salía de la boca de Jimin.

- ¿Qué edad tienes? – preguntó Jimin mientras nos montábamos en el coche. Me hablaba con los honoríficos. Yo por suerte no tenía que hacer cambios con ninguno ya que todos eran más jóvenes, pero sabía que en algún momento Jimin cometería algún error y no los usaría.

- Treinta años, en verano cumpliré treinta y uno, soy más mayor que todos, por lo que si queréis podéis llamarme noona – dije sin darle importancia, me senté en la parte trasera del coche y le di a JK el papel con la dirección y coordenadas de la casa de Nanna. Llegamos bastante rápido. Jimin era un conductor bastante experto.

- Tardo solo un segundo – dije bajando del coche. En ese momento Yoon salía con las bolsas. No sabía que estaba en casa. Le había escrito un mensaje a Nanna para que lo fuera preparando.

- Oppa ¿libras hoy? – pregunté mientras agarraba las bolsas y él me apartaba.

- Si, espera que las cargo yo en el coche – me dijo acercándose hacia donde estaban JK y Jimin que habían salido del coche. Yoon los saludó con un asentimiento de cabeza y metió las bolsas en el maletero.

- Espero que aquí los chicos te ayuden luego a subirlo al apartamento – me dijo cambiando el idioma a castellano – vaya cochazo que llevan los niñatos – muy de Yoon fijarse en esas cosas. No le gustaban nada los ricos. Bueno... solo yo. Le di un beso en la mejilla y se marchó.

- Noona, tu novio habla español – dijo JK, no era una pregunta, pero asentí en respuesta. Ya le había escuchado el día que nos conocimos. El joven le miraba con admiración – me fije el otro día que cambiáis el idioma sin daros cuenta – pobre iluso... si nos dábamos cuenta cuando cambiábamos el idioma.

- Si, Yoon nació en España y se crio allí, su primera lengua es el español y la mía también, por eso a veces nos dejamos llevar por la costumbre – expliqué metiéndome de nuevo en el coche. Jimin soltó un bufido que no supe cómo interpretar.

- ¿Cuándo os vais a casar? – preguntó él con inquina y fulminándome con la mirada a través del retrovisor.

- No sé... - dije incomoda mirándole por el espejo – supongo que cuando termine la gira – añadí al ver una chispa de satisfacción en sus ojos. Era muy necesario que él viera ese límite para que se olvidara de lo que había pasado entre nosotros. Aunque la verdad era que la primera que tenía que empezar a intentar olvidarlo tenía que ser yo.

Después de aquello mantuvimos silencio durante el resto del viaje. Momento que yo aproveché para meterme en mis pensamientos. Había pensado desvelar que lo de mi compromiso era una mentira cuando la señora Han y el CEO supieran de mi valía, ya que en todos los papeles que había firmado, no estaba el requisito de estar casada o tener pareja, pero ahora era complicado hacer eso, si lo hacía le daba luz verde a Jimin y ese era un lujo que no me podía permitir. Él era intocable en todos los sentidos, estaba claro que aunque nos acercáramos lo suficiente como para enamorarnos, jamás podríamos estar juntos, vivíamos en mundos diferentes, en planetas distintos... Acercarme a él o comenzar a tener sentimientos por él sería mi perdición. Estaba claro que tenía que echarme un novio real pronto...

Encontré una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora