Capítulo 32

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A la mañana siguiente todo el mundo estaba muy ocupado, Jin y Jhope se habían ido de compras con la mitad de los guardias, Namjoon y Tae se habían llevado la otra mitad al MOMA y Jimin, Suga y JK saldrían a sus respectivas actividades esa tarde noche, por lo que por la mañana estarían en el hotel.

Yo no tenía que acompañarlos, con Jin y Jhope iba Kwang y Tae no necesitaba llevar traductor porque para eso ya estaba Namjoon. Yo iría con JK al estudio de tatuajes a las cinco de la tarde. Estaríamos de vuelta poco antes de la función de Jimin a la que iría con él mientras Kwang iria con Suga al partido. Me había costado mucho que el cabezón del guardia cediera y me dejara ir a mí con Jimin, no entendía por qué esa insistencia y más cuando él era bastante cercano a Suga. Creo que tenía muchas ganas de ver el Rey León, no le podía culpar, yo tampoco querría ver a cuatro tipos corriendo con una pelota en la mano.

Me dio tiempo a gestionar varios hoteles de Bogotá y el de Madrid ya lo dejé cerrado también, seria el eurostars. Había preparado para Tae y Namjoon una visita al Prado y otra al Thyssen, esta última seria completamente privada, antes de la apertura, Tita era maravillosa y fue decírselo y sin problemas me lo organizó.

Adrián me había llamado la noche anterior en la cena para concretar la hora para quedar. Íbamos a ir a comer en horario americano, por lo que a las doce de la mañana lo tendría allí. Tardé muy poco en vestirme. Me decidí por el modo casual con unos vaqueros pitillo, jersey rosa con cuello barco y mis nuevas flamantes botas.

Llamaron a la puerta poco antes de las doce. Había quedado con él en el hall, era raro que le hayan dejado subir a esa planta, pensé mientras abría la puerta con una sonrisa. Me sorprendió que quien estaba frente a mí no fuera Adrián sino Jimin que pasó sin más atropellándome por el camino.

- Perdona – dijo al ver que me trastabillaba hacia atrás – tenemos que hablar.

- Sí, pero ahora no es el momento, te han podido ver los guardias entrando ¿Te has vuelto loco? – le dije frunciendo el ceño.

- Tranquila tengo a JK entreteniéndolos y están buscándole por todo el hotel – aquello no me dejaba tranquila.

- ¿Dónde está? – pregunté.

- Ha bajado a por snacks al bar – aclaró él encogiéndose de hombros.

- Vale, pero en serio, no es momento, tengo una cita ahora, esta noche hablamos – le dije empujándole hacia la puerta. Él me miró con el ceño fruncido.

- ¿Con quién? – preguntó – esta noche ¿Cuándo? Te recuerdo que tengo que ir a ver el Rey León.

- ¿Y quién crees que va contigo a verlo? – pregunté en respuesta sorprendiéndole gratamente. Aquella sonrisa que me lanzó fue tan bonita y sincera que creo que mi corazón se saltó un latido.

- Pensé que iría Kwang – dijo encantado con la nueva noticia.

- ¿Y tener que tragarme yo un partido de baloncesto? – pregunté divertida – ni loca.

- ¿Solo lo haces por eso? – esa pregunta iba con trampa.

- No – fui sincera, pero no quería dar más detalles.

- Pero aun así vendrán los de seguridad con nosotros, no estaremos solos, no podremos hablar – protestó. Yo miré el reloj, eran las doce y diez.

- Jimin, no necesitaremos estar solos para lo que te tengo que decir – aquello ensombreció su rostro. Creo que no lo había explicado bien, pero no era tiempo de corregirlo. Alguien más llamó a la puerta. No podíamos arriesgarnos a que nadie le viera dentro.

- ¿Tu cita? – preguntó más molesto.

- Probablemente – no estaba segura – escóndete en el baño por favor, nadie puede verte aquí – mierda de puertas sin mirilla.

Jimin hizo lo que le dije y se escondió dentro del baño, yo abrí la puerta y allí estaba Adrián mirando el reloj. Tanto él como yo odiábamos la impuntualidad, pero se le veía más preocupado que molesto.

- Pensé que te había pasado algo – dijo tocándose el pecho. Estaba tan guapo como siempre. Llevaba un jersey grueso de cuello alto beige y una chaqueta muy sport color chocolate, que decir de esos vaqueros. Le habían ofrecido muchas veces posar para moda, porque era bajito para desfilar, pero él siempre había rechazado aquello. pese a ser un tipo bien guapo, era de lo más modesto y no utilizaba su belleza para nada, tenía un cerebro que brillaba mucho más.

- Perdóname, es que estoy trabajando y se me ha ido el santo al cielo – nuestra conversación era en castellano, por lo que sabía que Jimin pese a que estaba escuchando no entendía ni una palabra.

- Voy a coger una cosa del baño y nos vamos – le dije a Adrián que seguía apoyado en el marco de la puerta.

- Con que trabajando para BTS... - dijo despreocupado mientras yo iba al baño – haces unas locuras...

- Sal de la habitación dentro de cinco minutos – le dije a Jimin en un susurro pasando al baño y cogiendo un peine como excusa. Él asintió con una expresión tan en blanco que me dejo descolocada – es mi mejor amigo – le dije pensando que era eso lo que le preocupaba. Asintió de igual manera y yo me fui corriendo.

Encontré una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora