Capítulo 58

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Jimin.

Cada vez que me introducía en su cuerpo sentía una descarga por todo el mío, me gritaba que quería liberarse, pero yo la mantenía a raya, no quería que aquello terminara, pero era lo más arriesgado que había hecho nunca y por un lado la excitación de estar al aire libre me ponía a mil y por otro lado no podía dejar de estar alerta.

Cuando mi diosa se subió sobre mi dejando sus pechos expuestos casi me derrumbo, sus gemidos eran suaves y en un volumen mucho más bajo que de costumbre, aquello me ponía mucho más duro.

Saborear con mi boca su pecho y su cuello mientras estaba dentro de su cuerpo era mi droga. Nunca había experimentado algo así con alguien y tenía claro que aquello era un regalo que debía exprimir al máximo porque no sabía cuándo iba a terminar.

No quería pensar en terminar, no quería pensar en separarme de ella, solo quería hundirme más fuerte en su cuerpo. Agarré su culo y elevándola un poco conseguí tumbarla debajo de mi cuerpo. Mis embestidas ya no eran suaves, iba a correrme y no había vuelta atrás. Como siempre estábamos tan compenetrados que ella empezó a tener su orgasmo un minuto antes de que lo hiciera yo.

Encontré una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora