A la mañana siguiente cuando me desperté estaba sola en la cama, no estaba segura de que hora era, pero aquella mañana la tenía libre porque los chicos no iban a salir al ensayo hasta después de comer por lo que seguramente estaban reunidos en la habitación de Jin.
Kwang llamó a la puerta y yo abrí medio dormida todavía. Tenía algo de resaca...
- Vaya cara – me dijo nada más mirarme. Torcí el gesto molesta.
- ¿Qué quieres? – pregunté con la voz ronca.
- Tenemos que ir al estadio con los chicos para el ensayo, prepárate porque se van en media hora.
- ¿Qué hora es? – pregunté nerviosa. ¿había mirado la hora en el móvil cuando lo había cogido? La respuesta era NO.
- Las doce de la mañana, todos están comiendo y se marchan después, date prisa – dicho aquello me entregó una bolsa de comida. Me había traído unos tacos.
- Muchísimas gracias, eres mi salvación – dicho aquello se dispuso a marcharse, pero antes de que eso pasara, la puerta se abrió y apareció Jimin que se nos quedó mirando sorprendido.
- ¿Qué haces aquí? – le preguntó pasando de la sorpresa al enfado.
- He venido a traerle comida – explicó él señalándome. Ya estaba comiéndome el segundo taco. Que hambre tenía...
- Bueno, no es necesario que le traigas comida a mi novia – aquello casi hace que me atragante. Comencé a toser como una loca...
- Nos vemos luego Hanna – dijo Kwang sin inmutarse y marchándose. Luego me di cuenta de que Jimin también me traía algo de comida.
- Te he traído esto, pero veo que ya estas servida – seguía enfadado.
- Pues si no te importa – dije acercándome y quitándole la bolsa de la mano – me lo voy a comer – ya casi no tenía hambre, pero me forcé a comer los dos bollos de pan que me había traído. Solo por verle de nuevo feliz mereció la pena la indigestión.
Después de aquello toda la tropa nos fuimos al palacio de los deportes al ensayo. Fue muy ajetreada la tarde y yo seguía con resaca. A las seis nos fuimos al hotel. Los chicos tenían que descansar porque a las nueve empezaba el concierto.
- Estoy deseando que termine hoy – me dijo Jimin mientras me abrazaba sobre la cama de mi habitación. Habíamos arriesgado mucho, a la hora de salir tendríamos que tener mucho cuidado que no nos vieran.
- ¿Por qué? – le pregunté curiosa.
- Necesito esas vacaciones que tienes preparadas – estaba segura de ello, todos las necesitaban, llevaban más de tres años sin vacaciones, aquello era inhumano - ¿Estas segura de que podremos estar allí sin escondernos?
- El complejo está preparado para eso, pero de todas formas muchos de la comitiva han decidido volverse a Corea – aquello pareció sorprenderle.
- Todas las estilistas y varios guardias de seguridad han decidido volver, incluidos los tres representantes de la compañía – comenté haciendo memoria. Hacía tres noches había tenido que preparar todos los vuelos de regreso, algunos se iban esta misma madrugada después del concierto.
- ¿Quiénes se quedan? – preguntó mirándome y besándome el cuello... así era difícil concentrarse en algo más que en esa sensación que me provocaban sus besos.
- Kwang y seis guardias más – le dije a duras penas – Kwang se quedará en nuestra parte del complejo y los otros guardias en la parte del servicio, solo saldrán con nosotros cuando nos vayamos de allí a alguna excursión fuera de los límites del hotel.
- ¿Por qué Kwang se queda con nosotros? – estaba molesto y la verdad es que no entendía el por qué, al fin y al cabo yo estaba con él no con el guardia.
- Pues porque Suga así lo pidió en su momento y además creo que es buena idea que haya alguien más con nosotros – comenté despreocupada. Él hizo una mueca pero asintió – estoy deseando tumbarme en la arena con mi biquini y bañarme en el mar caribe, hace años que no voy.
- He querido preguntarte algo desde hace algún tiempo – me dijo poniéndose serio – he visto en tu Instagram y por la forma que tienes de desenvolverte... tú has viajado mucho y parece que... bueno... el dinero... - estaba atascado, no sabía cómo hacerme la pregunta y decidí sacarle del paso.
- Si, el dinero no es algo que me preocupe, nací en una familia rica y además yo me he labrado también mi propia vida por lo que trabajo solo porque me gusta, no porque lo necesite, ya te dije que me gusta trabajar – le confesé. Sabía que quería preguntar más, pero no estaba dispuesta a compartir más de mi vida.
- ¿Qué te parece si antes de que te vayas... volvemos a meternos bajo las sabanas? – dicho y hecho ambos volvimos a explorar nuestros cuerpos y a dejarnos llevar. Me costaba mucho contener mis gemidos, pero no quería que nadie en las habitaciones contiguas nos escuchara.
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Encontré una Estrella
FanfictionImaginad que os quedáis atrapadas en una escala en Qatar y conocéis a un chico, el anonimato, el retraso del vuelo y unas copas, hacen que paséis una noche de pasión como nunca antes la habíais tenido. Cuando llegáis a Corea para una entrevista de t...