Capítulo 83

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Llegué puntual a la reunión con Park Do Hwan, en menos de doce horas teníamos la reunión de accionistas y tenía que ver de qué pie cojeaba este hombre. Me sorprendió su juventud, no tendría más de cuarenta y cinco años. Adrián fue mi escolta en todo momento aunque el pobre no se enteraba de nada.

- Vaya... Señorita De la Vega, es usted la accionista... y la mujer de Jimin – me dijo en inglés para mi asombro. No lo negué y me senté en la silla que había frente a él. Habíamos quedado en el reservado de un restaurante. Adrián se sentó a mi lado y saludó en inglés.

- Él es mi socio – dije en ingles presentándoles a ambos.

- Ella es mi traductora y secretaria Jeon Ji Hyun – me presentó a la chica que iba con él, no tenía más de veintidós años.

- No va a ser necesario – le dije en coreano sorprendiéndoles a ambos – hablo de forma fluida vuestro idioma y aunque Adrián no lo hable yo le traduciré las partes necesarias o en su defecto si quiere la señorita Jeon Ji hacerlo no hay problema.

- Tenéis el quince por ciento de las acciones – me dijo él yendo al grano – necesito vuestro apoyo mañana en la junta.

- Y yo estoy encantada de poder apoyarte, pero siempre bajo ciertas condiciones – aclaré - No sé si sabe que los chicos han estado espiados, coaccionados y presionados en exceso, quiero libertad para todos los idols de la empresa, no quiero clausulas como todas las que le dejo aquí – expliqué dejando en la mesa la carpeta que me había dado Hae Young – además... a título personal Jimin y yo vamos a hacer público lo nuestro en cuanto tome el cargo y Jin seguramente también. Quiero transparencia y normalidad en cuanto a ese tipo de cosas se refiere. Hay que dar un enfoque diferente a esta industria.

- Estoy completamente de acuerdo con usted y una de mis prioridades es acabar con los contratos abusivos y con la falta de libertad de los idols.

- Además quiero añadir una propuesta, quiero que haya ayuda psicología gratuita y seguimiento psicológico de todos – estaba cansada de leer tantas cosas horribles a las que eran sometidos los artistas y los trainers – se acabó contarles calorías y pesarlos o juro que prendo fuego la empresa – según dije aquello la señorita Jeon Ji se rio divertida y asintió.

- La industria es muy estricta en eso... las marcas y hay muchas cosas que yo no puedo controlar – lo entendía, pero quería un compromiso de que al menos se intentara controlar.

- Lo sé, pero todo cambia y esto es un cambio a mejor, es una evolución – él asintió mirándome con cierto respeto.

- Me gusta mucho señorita De la Vega – dijo para mi asombro. Esa mirada fue algo más que interés profesional. Adrián también se dio cuenta porque me miró de reojo con una sonrisa. Había que reconocer que el señor Park era un hombre muy atractivo, pero yo ya no estaba disponible.

- Me alegra escuchar eso, pude llamarme Hanna, al fin y al cabo creo que vamos a vernos a menudo, como usted sabe, soy la mujer de Jimin.

Encontré una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora