Por fin había llegado el día de marcharnos de Corea, estaba deseando llegar a Los Angeles, hacía mucho tiempo que no iba por allí y además tendría un día libre y podría ver a Diego y Olimpia que vivían cerca.
Yoon no había podido quedar conmigo la noche anterior para presentarme a su novia porque había tenido mucho lio en el trabajo, así que quedé en conocerla a la vuelta.
Me sonó el teléfono estando ya en el aeropuerto, que raro, era Yoon.
- Lo saben – dijo sin más – alguien se ha pasado esta mañana por casa de mi madre para preguntar referencias sobre ti – me quedé alucinada.
- ¿Pueden hacer eso aquí? ¿Quién fue?– pregunté un poco indignada.
- Si, pueden hacer eso sin problema y mi madre no sabe quién fue, solo que era un hombre de unos cuarenta años, ya le he dicho que la próxima vez pida una tarjeta de presentación o algo – Yoon estaba indignado – el caso es que saben que no somos pareja, al parecer mi madre sigue todavía riéndose cuando le dijeron que estábamos prometidos... esta señora no sabe ser discreta ni mentir... - vaya faena.
- ¿Saben quién soy? – pregunté nerviosa.
- No, mi madre solo ha dicho que te criaste con nosotros, después de lo que paso hace cinco años con el imbécil ese, no se arriesga a abrir el pico – bueno eso me dejaba más tranquila.
- Por un lado me acabo de quitar un peso de encima – le dije. Al fin y al cabo no me gustaba mentir – si la compañía no me ha echado al enterarse eso es que no les importa que este soltera.
- Sí, eso sí, quédate tranquila – y no le dio más importancia - ¿Vas a viajar por primera vez en clase turista? – preguntó el gracioso sabiendo la respuesta. Era la primera vez que iba a viajar así. Iban a ser trece horas muy complicadas.
Estábamos en el aeropuerto todos menos los chicos, al final éramos treinta y nueve personas las que íbamos con ellos, siete miembros, veinte guardias de seguridad, tres empleados de la sede, incluido el manager con el que parecía que no se llevaban nada bien, ocho estilistas y yo.
Supe cuando llegaron los chicos en el momento en el que miles de gritos inundaron un aeropuerto que era bastante más silencioso de lo que yo estaba acostumbrada. Ahora entiendo porque la gente dice que los españoles gritamos mucho.
Fue una puta odisea embarcar. Me tocó en el lado del avión de dos asientos al lado de una señora mayor, pero justo antes de que las azafatas comenzaran con los preparativos del despegue Kwang le pidió a la señora cambiar el sitio para poder ir conmigo. La señora que fue súper amable no tuvo ningún problema.
- Hola compañera de viaje – me dijo divertido- no quería pasarme doce horas al lado de un hombre que huele a tabaco – explicó señalándolo con la cabeza.
- Estas fatal... - le dije riéndome.
- Ya, pues eso no es nada, ya verás cuando me conozcas más – eso era toda una invitación.
- ¿Y si no quiero conocerte más? – pregunté curiosa.
- Pues no te va a quedar más remedio, tenemos once meses de gira por delante y soy muy pesado – la verdad que no había mucha escapatoria.
- Kwang... yo... no quiero ser aguafiestas, pero tengo a alguien que me gusta – tenía que ser sincera, tanto con él como conmigo misma. Sabía que no podía haber nada entre Jimin y yo, pero también me conocía lo suficientemente bien como para saber que si no me quitaba a ese idol de la cabeza, no iba a poder abrirme a nadie.
- ¿Yoon? – preguntó enarcando una ceja. Casi me atraganto con el agua que estaba bebiendo.
- ¡No! Él es como mi hermano – exclamé escandalizada, me faltó dar una arcada – es alguien que tengo que... superar.
- Sabes... hay un dicho muy bueno, un clavo saca a otro clavo – me dio la risa, aquello era algo que siempre había dicho mi madre, pero no había sido capaz de olvidar a mi padre por muchos clavos que se llevara a la cama.
- Espero que no me des la tabarra todo el viaje – le dije dándole un suave puñetazo en el brazo – por cierto, ¿Por qué me hablas en informal?
- Eres más joven y además extranjera, como yo – explicó encogiendo los hombros – no me gusta que uses honoríficos conmigo, así que por favor, háblame en informal o no te pienso hacer caso.
- Si te hablo en informal como ahora, ¿vas a hacerme caso? – pregunté con una idea en la cabeza.
- Si, a todo menos a lo de que no siga intentando conquistarte, eso me da igual cómo me lo pidas, no voy a ceder – que cabrón... parecía como si me hubiera leído las intenciones. Iba a ser un vuelo interesante.
Después de que nos dieran la cena, las luces del avión se atenuaron y mi compañero que se había visto ya dos películas, se quedó dormido. Una azafata vino hacia mi sitio.
- Alguien en primera quiere hablar con usted – me dijo. Seria alguno de los chicos, eran los únicos que iban en primera. Los tres representantes de la agencia habían volado el día anterior.
Seguí a la azafata hacia la zona de primera y allí Jimin me hizo un gesto para que le acompañara al bar del avión. Estaba vacío, todos estaban dormidos en sus cubículos. Intimidad... no sé si quería eso.
- ¿Qué pasa? – le pregunté cuando nos acercamos a la barra.
- Pues en primer lugar dame la mano – le di mi mano y me miró con una sonrisa – la otra – dijo y sin más cuando se la di, me quitó el anillo. Iba a protestar cuando puso su dedo sobre mis labios y una corriente de deseo se apoderó de mi... joder piensa en otra cosa me decía una y otra vez.
- Este anillo me lo quedo, sé que no es un anillo de compromiso – aquello me pillo fuera de juego – sé que Yoon no es más que tu hermano – joder... había sido él quien me había investigado - ¿Por qué mentiste?
- Porque me lo recomendaron para conseguir el trabajo, me dijeron que preferían mujeres casadas – expliqué un poco avergonzada.
- No sabes cuánto me alegró enterarme de que era mentira – dijo mientras asentía pensando en mi argumento.
- Esto no cambia nada – le dije poniéndole una mano en el pecho y apartándolo. Estaba demasiado cerca, alguien podría vernos.
- Lo cambia todo ¿Sabes que pensé que eras una mala mujer por engañar a tu prometido? – me imaginaba que habría pensado algo así, por lo que asentí sin más - ¿Sabes cómo me comieron los celos cuando pensé que alguien más te tenía como yo te tuve aquella noche? – se me secó la boca... aquella forma de decirlo, aquellos ojos penetrantes... tenía que pensar en algo diferente o terminaría montándomelo con él en la barra. Piensa en un cachorro herido...
- Escucha, tengo que volver a mi sitio... creo que sabes tan bien como yo de lo imposible que seria que estuviéramos juntos, sería una locura incluso que lo intentáramos – él torció el gesto. Sabia mejor que yo que lo que estaba diciendo, era verdad – deberíamos pasar página.
- No quiero... tu sientes lo mismo, lo sé, esa noche fue la mejor de mi vida, pude ser yo mismo contigo en todo momento, sentí que eras mi destino – aquello me golpeó fuerte en el pecho.
- No, fue simple casualidad – zanjé y me fui corriendo de allí. Vi por el rabillo del ojo como Namjoon se movía inquieto. No estaba dormido y nosotros hemos estado todo el tiempo en su campo de visión. Joder.
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Encontré una Estrella
FanfictionImaginad que os quedáis atrapadas en una escala en Qatar y conocéis a un chico, el anonimato, el retraso del vuelo y unas copas, hacen que paséis una noche de pasión como nunca antes la habíais tenido. Cuando llegáis a Corea para una entrevista de t...