Habían pasado ya tres meses desde que había visto a Jimin por última vez, me dolía tanto aquello que me dijo por teléfono en Brasil que en ocasiones no podía reprimir las lágrimas, pero me había vuelto a hacer de piedra y se me daba de miedo fingir que estaba bien. No podía culparle por dejarme atrás y desecharme como si nada, al fin y al cabo era lo que habíamos hablado cuando comenzamos esa relación, estaba claro que no podría durar, ni su familia ni la sociedad ni el fandom me iba a aceptar, pero jamás pensé que me hicieran a un lado de una forma tan fría.
Tenía que reconocerme a mí misma que me había enamorado de él y que me gustase o no, ahora le tenía cierto rencor. pero no podía odiarle por lo que me había hecho.
Yo había vuelto a Madrid donde me había refugiado en mis amigas y mis inversiones, pero por desgracia para mí, no podía evitar mantener un ojo puesto en el grupo a través de internet y las redes sociales, me acordaba de todas las fechas de las actuaciones y demás temas relacionados con la gira. Sabía que ahora estaban en Corea tomándose un respiro.
Aquel día saltó el escándalo que tanto había estado esperando.
Suga y Hae Young anunciaron su boda y su embarazo, me pasé todo el día viendo las noticias. Por desgracia para ellos parte del fandom estaba furioso pero tal y como yo me esperaba el fandom extranjero estaba felicitando a la pareja. Yo me encargue de pasarme media noche poniendo comentarios de apoyo.
Sabía que sería un camino difícil para ellos, pero estaba claro que lo iban a conseguir. Suga tenía muchísima personalidad no iba a dejar que los tumbaran y lucharía contra viento y marea.
Eran las cinco de la mañana y yo todavía no me había dormido, estaba en mi piso de Madrid al que la verdad que había echado mucho de menos pese a que era pequeño, era mi oasis en la ciudad. Mi amiga Carla estaba algo preocupada por mí, desde que había vuelto, había salido de fiesta casi todos los días, había perdido peso y me estaba pasando un poco con la bebida, pero la verdad es que era mi manera de ir pasando página. Aunque había tenido algunos besos con algunos hombres en la discoteca, no había llegado a mas... me molestaba que mi cuerpo perdiera las huellas de Jimin y no era capaz de acostarme con otro tipo por esa estupidez... sabía que en el momento en el que lo hiciera iba a perder su esencia, mi cuerpo recordaba todo lo que él le hacía y no estaba dispuesta a que nadie me reseteara.
Aquella noche no había salido y el insomnio me volvía a torturar, pero no fue lo único que me torturó esa noche. Poco después de las seis de la mañana una noticia saltó en mi móvil. Un escandalo que terminó de romperme el corazon.
Jimin estaba en una relación con una idol llamada Mimi o algo así, no terminé de leer el nombre cuando el maldito teléfono se me escurrió de las manos y se me cayó al suelo. Había una foto suya besándose... demasiado buena fotografía como para no ser un posado... creo que escuché como se me hacia añicos el corazón. Aun asi... era una idiota, no podía odiarle por lo que me había hecho ni dicho aquel día y todo sería más fácil si pudiera hacerlo, al fin y al cabo odiarle me ayudaría a olvidarle.
A las ocho de la mañana decidí que era el mejor momento para salir de la maldita cama y desayunar algo. Aquello debía servirme para pasar página y me propuse en ese momento que mi meta seria esa. De hecho intentaría hablar con él cuando llegaran a España en unos meses, tenía claro que necesitaba cerrar aquel episodio y la mejor manera era hablando con él en persona y dejando machar esos sentimientos. Enfrenté el día con más ánimo gracias a mi nuevo objetivo.
- Adrián – dije llamando a mi bróker – como van mis acciones de MGC entertaiment.
- Pues por el momento solo hemos podido comprar entre unos y otros el quince por ciento y no creo que podamos hacernos con mas, el resto de inversores tiene paquetes mas grandes y no están dispuestos a vender y mucho menos a una empresa extranjera.
- Me vale con eso – le dije – necesito que me mandes el listado de las nuevas start up que se han presentado en IFEMA este fin de semana – solicité. Era momento de invertir en algo prometedor y quería estudiar cual era la idea mas creativa.
- Lo tendrás hoy en tu correo – me encantaba su efectividad – por cierto... sabes que hoy es sábado ¿no? – miré el reloj y luego deparé en la ronquera de su voz...
- Perdóname... es que no se en que día vivo – me disculpé por llamarle un sábado a las ocho de la mañana.
- Si dejaras de salir por las noches y dormir por el día quizás empezaras a saber en que día vives – aquello no me lo dijo como una broma, sabía que estaba preocupado por mí.
- Es un bache, tranquilo – odiaba que la gente se preocupara. Mis padres habían estado semanas dándome por culo desde que saltó el escándalo. Habían pasado ya tres meses desde aquello y hoy por hoy seguían llamándome cada dos días cuando antes lo hacían una vez al mes.
- Llevas en ese bache demasiado tiempo, quizás deberías pedir ayuda – Aunque tenia razón, no quería hablar más el tema.
- Nos vemos esta semana, no te preocupes – colgué sin darle opción a replicarme.
Aquella noche volví a salir por Madrid, Carla me acompañó durante unas horas, pero luego se marchó a casa después de rogarme que me fuera con ella. No quería irme, quería seguir bailando y bebiendo.
- ¿Estás sola? – me preguntó un hombre rubio con ojos claros mientras yo bailaba en medio de una pista llena de gente.
- Si – estaba demasiado borracha como para pensar demasiado que no era buena idea decirle a un desconocido que estaba sola...
- Eso es genial – agarró mi cintura y bailó conmigo, luego vino la pregunta del millón - ¿Quieres venir a mi casa?
- No– dije, mi instinto me gritaba que algo no iba bien – estaba cansada, me sentía como si mi cuerpo no me perteneciese. Me estaba mareando mucho. Aquella sensación no me era familiar, no era por culpa del alcohol.
Todo paso súper rápido, recuerdo que él me cogió por la cintura y me sacó medio arrastras de la discoteca, pero yo no recordaba estar tan borracha como para casi no tenerme en pie y de hecho me sentía de forma muy diferente... era como si no pudiera controlar mi cuerpo.
- ¡Me has drogado! – le dije con un hilo de voz. Solo escuché una risita y el miedo me inundó. Vi cómo nos dirigíamos hacia un coche y aunque quería que mis pies retrocedieran no me hacían caso.
- ¡Hanna! – escuché a alguien gritar - ¿Qué demonios haces? – gritaron en coreano... intenté levantar la cabeza y hablar pero no podía... me sonaba mucho esa voz...
Sentí un tirón. Mi asaltante y el dueño de la voz forcejeaban, yo me caí al suelo cuando dejó de sostenerme y me golpee la cabeza.
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Encontré una Estrella
FanfictionImaginad que os quedáis atrapadas en una escala en Qatar y conocéis a un chico, el anonimato, el retraso del vuelo y unas copas, hacen que paséis una noche de pasión como nunca antes la habíais tenido. Cuando llegáis a Corea para una entrevista de t...